Todos, más o menos, conocen las teorías de la filosofía yogui. Casi, todos han leído, si no las Catorce lecciones, por lo menos el Hata Yoga, donde se exponen interesantes ideas, por boca de Ramacharaka. Si estas ideas son falsas o ciertas, allá se las arreglará el lector. Lo que sí hay que hacer notar es que los yoguis conceden importancia fundamental al acto masticatorio, porque conceptúan que:
«Cada átomo de comida posee numerosas partículas de alimento prana (o alimento-energía), que son puestos en libertad por la trituración, en el proceso masticatorio, y la acción química de algunos elementos químicos de la saliva. Dicho alimento prana, al ser liberado se desliza por los nervios de la lengua, de la boca y de los dientes, de donde se le remite a los varios almacenes del sistema nervioso para proveer desde allí, de energías y vitalidad a la totalidad de las células».
Opiniones encontradas sobre la importancia de la alimentación
Esto del prana es una como energía cósmica que dicen los yoguis existe en diversos alimentos, y, además en todos los rincones del ancho universo. En cierto modo lo que los yoguis llaman prana es lo que algunos psicólogos occidentales denominan «influjo nervioso»‘, Claro que internarse en los entretelones teóricos de estas materias es siempre fatigoso.
Hay que masticar, y masticar y masticar, pero por las razones señaladas líneas arriba. Si lo del prana es cierto, masticando bien se captará, y si no, masticando bien se harán excelentísimas digestiones, se tendrá buen humor, se vivirá libre de enfermedades, etc., etc.
Precauciones en el verano en cuanto a los alimentos
Durante la tórrida estación de los calores es cuando las noticias policiales dan cuenta de más casos de envenenamientos o intoxicaciones por mal estado de alimentos ingeridos, que en otras épocas del año. He aquí, pues, un indicio. Esta comprobación está gritando el origen del mal: el calor. El calor es la causa matriz de esas intoxicaciones. El calor favorece la proliferación de los estafilococos en los alimentos, especialmente en las llamadas cremas.
En pleno verano no debe dejarse en lugar cálido un alimento, si no se quiere correr un riesgo terrible. Úsese la heladera. Claro que los pobres no tienen, muchas veces, heladera. Pero esto no entra ya en el campo de la previsión medicinal sino de la previsión social. Los que no tengan heladera mantenerse con un trozo de hielo de 15 centavos. Y si quince centavos cotidianos, que son $ 4.50 mensuales, resultan gravosos para las finanzas caseras, acodase al agua fresca, que no dará jamás tales resultados, y, sobre todo, extremamente los cuidados.
Sin embargo no queremos dejar de señalar que existen en nuestro país, muchos hogares donde se prescinde del hielo, en el verano, con grave riesgo para la salud familiar, y no se prescinde del vino, o de las diversiones, o de los helados. El vino es el peor de los enemigos de la salud en la estación de los calores.