Existen numerosas frases hechas sobre la nutrición que en realidad no tienen ningún sustento. Algunos de estos mitos de la alimentación son los siguientes:
1. Hay alimentos que engordan.
Formulada de esta manera, la frase es falsa. Tendríamos que expresar que un desequilibrio en el balance alimenticio suele tener como consecuencia un sobrepeso. La prueba de esto son los animales salvajes. No existen animales obesos, salvo los domésticos, cuya dieta está preparada por sus dueños humanos. El animal en condiciones de vida natural dispone de todos los nutrientes necesarios, pero -y ahí está la clave- sólo elige los que su cuerpo necesita.
2. Los huevos tienen mucha grasa
No es así. En realidad los huevos (en especial hervidos hasta endurecer), tienen gran poder de saciedad, pero en realidad poca grasa.
3. Las carnes rojas producen ácido úrico.
En realidad, todas las carnes generan la producción de ácido úrico, razón por la cual están absolutamente contraindicadas en un las dietas de enfermos de gota.
4. Un programa de adelgazamiento eficaz no debe incluir pastas.
Un plato de espaguetis con salsa de tomate (el alimento clásico relacionado con la obesidad) ha involucrado siempre, además de sus propias calorías, a las de la salsa y del queso rallado que lo suelen acompañar. Por ese motivo, las pastas fueron siempre eliminadas de toda dieta adelgazante.
La realidad es que doce raviolis tienen las mismas calorías que 300 gramos de calabaza. Pero cuidado: si a esos raviolis les agregamos una cucharada de aceite, duplicamos su valor calórico, y lo triplicamos con una cucharada abundante de queso rallado.
5. Las patatas, las batatas y la calabaza tienen muchas calorías.
Falso. Según el modo en que se cocinen, estos alimentos son verdaderamente hipocalóricos. Por ejemplo, 100 gramos de patatas hervidas tienen 105 calorías.
6. Las salsas engordan.
Depende de la salsa: las hechas con tomates, cebollas, ajos y un poco de aceite no engordan si son consumidas con moderación.
7. El único modo de perder peso es comer menos.
No es así. Uno de las mejores maneras de perder peso puede ser comer más, al menos ciertos alimentos. ¿Qué le parece mejor?, ¿un puñado de cacahuetes o un generoso plato de espinacas? Aunque no lo parezca, ambos alimentos contienen 150 calorías.
La diferencia radica en la cantidad de grasa y fibra. Los alimentos que son pobres en grasas y ricos en fibras (como la espinacas) naturalmente contienen menos calorías que aquellos con mayor contenido de grasa (el cacahuetes, por ejemplo). Gramo por gramo, la grasa contiene el doble de calorías que los carbohidratos o las proteínas.
8. Las vitaminas engordan.
Contrariamente a lo que la mayoría de las personas piensan, únicamente las calorías de grasas, proteínas e hidratos de carbono aportan energía y pueden producir sobrepeso. Las vitaminas no tienen calorías, por lo que no pueden engordar.
El ejercicio, la dieta y poder de voluntad contra la obesidad
9. El pan de trigo tiene más fibras que el pan blanco.
Si no se trata de trigo entero, el pan de trigo o el pan blanco son esencialmente iguales. Los dos están hechos con harina de trigo refinada y contienen aproximadamente medio gramo de fibra en una rebanada. La única diferencia real es el color.
10. Hay gente que nace para ser gorda.
No es así. Aunque es un hecho comprobado que la herencia influye fuertemente en el tamaño y forma de su cuerpo, usted no hereda la obesidad de la misma forma que el color de sus ojos o el tono de su piel. En cambio, usted puede tener una predisposición genética hacia la obesidad.
Esto significa que tener parientes con sobrepeso lo hace a usted más vulnerable, pero no predestinado a ser obeso. Para aumentar de peso, usted tiene que ingerir más calorías que aquellas que quema.
11. La mantequilla engorda más que el aceite.
Esto es falso. A igualdad de cantidades, el aceite y la mantequilla contienen la misma cantidad de calorías. Una cuchara de té de cualquiera de ambos representa 40 calorías.
12. El ayuno elimina impurezas y toxinas.
No existe evidencia alguna que apoye esta afirmación. Para la mayoría de las personas, un día de ayuno no es saludable ni peligroso. Pero ayunos más prolongados ponen en riesgo la salud. Los peligros incluyen deshidratación, descenso de la tensión, e irregularidad en los latidos cardíacos. Nunca ayune si tiene una enfermedad cardíaca, diabetes o problemas de riñón o de hígado.
13. Es ideal ingerir únicamente alimentos de origen vegetal.
No es así. Una dieta completa y equilibrada debe incluir una porción determinada de todos los tipos de alimentos. Prescindir de alguno de ellos sin un adecuado control profesional, conduce inevitablemente a una carencia nutricional.
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