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Una selección de los mejores adaptógenos

La equinácea, Echinacea purpurea y Echinacia angustifolia, es una planta de las praderas secas de Norteamérica, denomi­nada popularmente «flor cónica».

Según explica el Dr. Vogel, los indios de la zona de Nebraska ya utilizaban popularmente esta planta para tratar las mordeduras de las serpientes y las heridas purulentas.

La equinacia proviene de Norteamerica

La equinácea contiene glucósidos, polisacáridos y poliacetilenos

Y son de gran importancia biológica, ya que es­timulan la producción de interferón y limfokinas por parte del sistema inmunitario. Es una planta con notable actividad antiviral.

Hoy en día existe una verdadera proliferación de la equi­nácea -sobre todo en Estados Unidos- precisamente por sus efectos beneficiosos en el sistema inmunitario, ya que con la explosión de la epidemia del sida, muchos profesionales del naturismo han empezado a utilizar masivamente esta planta.

A diferencia de otros adaptógenos, la raíz de equinácea no actúa como tonificante nervioso, ni parece afectar otros pará­metros del aprovechamiento energético del organismo. Por esta razón, algunas autoridades en adaptógenos dudan en in­cluirla dentro este grupo de plantas.

La equinacia es muy popular

Withania

En la India la withania, Withania somnífera, se denomina Ashwagandha (del sánscrito) y en Occidente se la conoce po­pularmente como el «Ginseng de la India». Esta planta ha sido utilizada durante centurias como plan­ta rejuvenecedora y tónica por la medicina ayurvédica.

En es­tudios realizados por el grupo del profesor Singh, sobre rato­nes de experimentación, se comprobó que éstos, tras ingerir la planta, podían nadar más que los demás, tenían una menor incidencia de úlcera gástrica ante situaciones de estrés, incre­mentaban la masa de las glándulas suprarrenales y provoca­ban un estado de resistencia.

La withamia se ha recomendado en Occidente para tratar los déficits de función cerebral propios de la edad senil y como estimulantes no específicos frente a las infecciones por virus y frente a la fatiga provocada por el estrés.
Parece ser que algunos de los componentes de esta planta poseen una actividad moduladora de la respuesta inmunitaria.

Esta planta de la familia de las magnoliáceas, Schizandra chinensis, crece en China, Corea y algunas zonas del norte de América. Los chinos la conocen desde tiempos inmemoria- bles y ya en el año 2697 a.C., Pen Tsao la catalogó en el libro amarillo del emperador.

En China denominan a esta planta como la «planta de los cinco aromas», ya que su fruto reúne el sabor picante, dulce, salado, ácido y amargo a la vez. En la medicina tradicional se ha utilizado, por sus propiedades tó­nicas, para el tratamiento de la neurastenia y de la fatiga.

Sin embargo, la investigación moderna va algo más allá de los po­sibles efectos tónicos de esta planta, indicando que, posible­mente, su principal efecto sea el de optimizar el gasto de la energía celular, teniendo además un efecto colateral de pro­tección del hígado frente a toxinas y venenos.

La Withania tiene propiedades muy sanas

El ginkgo (Ginkgo biloba) es un árbol legendario chino

Con una antigüedad de más de 250 millones de años. Su hoja, según los expertos, contiene compuestos muy activos que ejercen un efecto tonificante en el sistema circulatorio, por lo que se incorpora a productos energéticos destinados a mejo­rar la memoria.

Por por otro lado, el astrágalo, Astragalus membanaceus y Astragalus mongoli- cus, es una planta de la familia de las leguminosas que en China denominan como Hoantxi.

Estudios de investigadores chinos han puesto en evidencia que la raíz de esta planta estimula el número de macrófagos en la sangre y que su capacidad de fa­gocitosis (de ataque a los gérmenes extraños) es mayor, exis­tiendo un aumento de la producción de una sustancia deno­minada interferón.

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