Permitidas dos digresiones, la una por los campos de la psicología y la otra por los de la literatura, veamos lo que al respecto puede decirnos un médico naturista de los más famosos en todo el mundo. Nos referimos a Eduardo Alfonso, en cuyo libro La religión de la naturaleza se lee lo que sigue:
«Al decir alimentación trascendente no sólo me refiero a esa alimentación mental y espiritual que cuenta entre sus primeras materias a la amistad, cariño, música, pintura, ideas ajenas, etc., me refiero en primer término a lo que el doctor Montes llama «alimentación triple».
«La alimentación triple, digestivo-pulmonar-cutánea, debe ser el verdadero concepto de alimentación del naturólogo. Ni basta ni se puede confiar toda la misión digestiva al tubo gastrointestinal. No sólo es insuficiente, por carecer de esos elementos importantes que se llaman radiaciones solamente y aire puro, sino que al intentar hacerla sustituto de los otros dos modos alimenticios, se expone uno a todos los peligros de la super alimentación”
«La alimentación digestiva es la más material de todas. Ella proporciona fundamentalmente la parte material del organismo, si bien en la natural alimentación de frutos crudos esta parte material se reduce a lo estrictamente necesario y se aumenta hasta el máximo posible el ingreso de energías por el tubo digestivo. Nada de extraño tiene que este siglo tan material por el que estamos pasando se caracterice por el culto del vientre, o sea, de los placeres de la mesa. Todo se festeja con funciones, casi siempre anormales, del tubo digestivo. Esta es la realidad. Y no cabe duda de que semejante alimentación tenga positiva influencia en las ideas emitidas, ya que al requerir estas funciones cerebrales, dichas funciones se hallen dificultades por los residuos y gases tóxicos de la alimentación excesiva y carnívora. Nadie puede dudar de la mutua influencia de los planos físico, mental y moral del hombre. El que materializa con los alimentos groseros y tóxicos las células de su cuerpo hace descender su mente a planos más bajos o más sensuales. En cambio, los materiales de construcción del cuerpo humano pueden utilizarse, espiritualizarse, si se me permite la expresión con una adecuada alimentación vegetariana predominantemente crudívora, que tantos valores energético-eléctrico-magnético, radioactivos y vitales, y con tan gran predominio sobre el valor material, “aporta al cuerpo”.
Y en un párrafo aparte amplía el concepto:
«No sólo la alimentación cárnica es tóxica, por tratarse de restos cadavéricos destinados a la descomposición, sino que fija en la sangre del hombre, y por ende en su psiquis, las influencias bestiales y de brutalidad fijadas a su vez en su sangre y tejidos por la mente baja y groseros pasionalismos del animal como las influencias terroríficas consecuentes a los actos que han servido para matarle y despedazarle”.
Claro que el doctor Eduardo Alfonso expone, como muchos otros las teorías del naturismo, las que en anteriores páginas hemos, en cierto modo, contradicho, por lo que nos ahorraremos volver sobre ellas.
El rol de la Alimentación
En síntesis, el rol de la alimentación consiste en restablecer en el organismo las pérdidas residuales y proveerlo de las sustancias esenciales a la nutrición de los órganos y buena marcha de la máquina física. En veinticuatro horas se calcula que el hombre normal, sano y adulto deposita, en calidad de desechos:
- Carbono 230 gramos
- Urea 20 gramos
La alimentación y el clima
Están ínter penetrados la alimentación y el clima. Este último determina a aquella primera. En las zonas tropicales suelen utilizarse más frecuentemente los alimentos de orden vegetal, y en menos cantidad que en las zonas polares. En estas zonas polares es menester que el organismo humano se provea de mayor número de calorías, precisas para vencer exitosamente la temperatura ambiente, en extremo fría. Los esquimales hacen uso, en consecuencia, de alimentos fuertes, tales como grasas, carne y pescado.
En Groenlandia y otras regiones similares, suele el habitante hacer uso de las carnes que proporcionan el lobo marino y las focas, y lo curioso del caso es que estos hombres, lejos de someter su alimento a la acción del fuego, lo ingieren crudo. Son pues, crudívoros, según lo quieren los naturistas. Y no sólo ellos proceden en tal forma. Hay muchas regiones de la tierra donde moradores comen carne cruda.
La bebida, el alcohol, digámonos mejor, es asimismo apropiado para las regiones gélidas, por la excitación y el calor que comunica al organismo. Los rusos, los alemanes, los ingleses, hacen gran atribución de alcohol, al paso que en los climas tórridos éste suele convertirse en un verdadero veneno.
Por tales razones, al prescribir o adoptar para propio consumo un régimen alimenticio se deberían tomar en cuenta las condiciones exteriores ambientes. El viajero, que cambia continuamente de países, es aquel que debe tener más cuidado en la alimentación, esta importante parte de la vida.