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Los tipos de aceites vegetales y sus propiedades curativas

Actualmente, los ácidos grasos esenciales, y muy especial­mente el ácido gamma linolénico (AGL), han despertado gran interés en dietética. El AGL puede extraerse de una gran va­riedad de plantas y semillas, de ahí la importancia de los acei­tes vegetales.

Éstos son muy recomendables para la salud de la piel, los problemas arteriales y el reumatismo, ya que el AGL es un buen reconstituyente que ayuda a mantener el bienestar general.

Aceite vegetal con muchas propiedades sanas para el cuerpo

Aceite de argán

El argán, también conocido como olivo de Marruecos, es una fuente muy rica de aceite, sobre todo en su lugar de origen. El proceso de elaboración del aceite de argán es totalmen­te artesanal y consiste en extraer las semillas del interior de los frutos para tostarlas.

Posteriormente, las semillas tostadas se muelen para extraer un líquido meloso y consistente. Este líquido se dejará reposar durante unos días antes de obtener el aceite definitivo.

El aceite de argán se puede equiparar al aceite de oliva, con la diferencia de que el primero es mucho más rico en vitami­na E. Asimismo, también encontramos entre sus componen­tes al ácido linoleico, uno de los ácidos grasos esenciales, que es ideal para controlar los niveles de colesterol y prevenir pro­blemas cardiovasculares.

También es importante señalar la aplicación externa del aceite de argán como tonificante y conservador de la piel. El uso cosmético de este aceite se basa en su capacidad de frenar la degeneración celular de los tejidos.

El aceite de argán, también conocido como olivo de Marruecos

Los aceites omega

Los suplementos dietéticos de ácidos grasos omega, en for­ma de cápsulas, están de actualidad. Sin embargo, no se debe creer que lo curan todo. Pueden producir una mejoría notable si los trastornos que se sufren se deben realmente a su defi­ciencia.

La palabra omega se refiere a la posición de los dobles enla­ces: cada carbono de la cadena tiene una clasificación según una letra griega. Existen ácidos grasos del tipo omega 3 y omega 6.

Ácidos grasos omega-6, son abundantes en los aceites de las semillas y los frutos oleaginosos, como nueces, almendras, avellanas, maíz, cacahuetes y onagra. El ácido linoleico es el cabeza de fila de este grupo.

Cápsulas con omega

Ácidos grasos omega-3, están presentes en algunos ve­getales y en el pescado.

Una mínima cantidad de estos aceites se encuentra en los alimentos. Los suplementos omega se aíslan de los aceites de onagra y de borraja principalmente. Los de la serie omega 6 se encuentran en la mayoría de grasas de pescado azul y su concentración es mayor en los peces de mares fríos que en los de mares cálidos.

Este hecho se debe a que los animales que viven a temperaturas muy frías necesitan tener en su cuerpo grasas más fluidas, con un punto de solidificación bajo. Los aceites de onagra y borraja poseen ácido gammalinolénico, el primer derivado de un aceite graso esencial fa­bricado en elorganismo a partir del ácido linoleico.

Este de­rivado es necesario para la producción de prostaglandina E, (PGE 1), que interviene en la regulación de las hormonas fe­meninas.

Aceites vegetales que se pueden encontrar en animales

 

Los aceites de la serie omega están indicados para los si­guientes trastornos:

Síndrome premenstrual. Se calcula que el dolor típico que se presenta poco antes de la menstruación lo padecen un 40% de las mujeres entre 15 y 45 años. Pueden encontrar una gran mejora tomado suplementos de aceites omega.

Si la ali­mentación es pobre en ácidos grasos, aumentala secreción de la hormona prolactina. Los aceites omega parecen suavizar los intensos cambios hormonales que se producen en la se­gunda parte del ciclo menstrual femenino, en especial, el acei­te de borraja y el de onagra.

Eccemas, asmas y alergias. También parecen mejorar, es­pecialmente con ADG (ácido dihomo- gamma- linolénico). En estos casos, la deficiencia de los ácidos grasos esenciales es mayor cuando, durante la lactancia, no se ha tomado leche materna, ya que el amamantamiento natural protege del eccema atópico (la leche materna es rica en ácidos grasos esenciales).

Los suplementos con omega están de moda por sus buenos resultados

Es igualmente útil en numerosos procesos de la piel

Como la caspa, el acné y la sequedad de los ojos y la boca. La falta de estos AGE provoca se­quedad de las mucosas y una mayor fragilidad de las uñas.

Hiperactividad en los niños. Nerviosismo y actividad incesante. Estos síntomas suelen ir acompañados de otros como la sed, la jaqueca, los catarros y el asma. Las causas se han re­lacionado con el consumo de azúcares refinados y de refres­cos y ciertos aditivos como la tartracina.

Obesidad. El ácido gammalinolénico de los aceites de onagra o de borraja favorecen la eliminación de la grasa y reducen la obesidad. Los ácidos grasos esenciales que aporta la lactancia materna prolongada parecen tener un papel muy importante en la prevención de la obesidad.

Arteriosclerosis y colesterol. Los ácidos grasos omega aumentan la producción de factores anticoagulantes, como la prostaciclina. Esto hace que disminuya el riesgo de trombosis. Tienen un efecto hipotensor y reductor del colesterol.
Reumatismos. Parece ser que la artritis reumatoide está muy relacionada con la nutrición. Se trata de una enfermedad autoinmune, es decir, los mecanismos de inmunidad corporal se vuelven contra uno mismo. Los suplementos de aceite de onagra inhiben la inflamación de esta enfermedad y otros trastornos crónicos similares.

El aceite omega es bueno para alergias

Aceite de onagra

Se cree que la onagra se originó en América Central hace 70000 años y que resistió a los periodos glaciares. Los diferentes nombres que ha recibido la onagra nos enseñan mu­cho acerca de esta planta y de sus propiedades. Por el amarillo brillante de su flor, que se abre por las noches, se la llama en inglés «la primavera de la tarde» (evening primrose).

En España se la conoce popularmente con el nombre de «hierba del asno» a causa de que sus hojas atraen a estos animales. Su nombre científico es Oenothera biennis.

La onagra hizo su aparición en Europa en 1619, fecha en que se sembró su semilla en el jardín botánico de Padua. Du­rante mucho tiempo ha sido considerada como una «mala hierba» que crecía junto a las vías de ferrocarril.

Las propieda­des terapéuticas de la onagra ya las conocía la tribu india Ojibwe y, más tarde, se redescubrieron, hace varios siglos, en Europa.

En 1919 un equipo alemán analizó el aceite de ona­gra y descubrió un nuevo ácido graso que fue llamado ácido gamma-linolénico (GLA) pero, hasta 1960 no se comenzaron a estudiar científicamente los efectos del aceite de onagra y del GLA en la salud de las personas.