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Funciones de la célula cuando usamos suplementos

No podemos hablar de suplementos dietéticos y de las ne­cesidades en sustancias vitales de nuestro organismo sin co­nocer cómo funciona la pieza clave de nuestro metabolismo, la célula.

Asimismo, los suplementos de nuestra dieta guardan una relación directa con las vitaminas y minerales y, por este motivo, también es necesario repasar las sustancias vitales que nuestro cuerpo necesita para mantener un equilibrio ade­cuado, prevenir las enfermedades, mantener un aspecto salu­dable y gozar de buena salud.

Imágen de unas celulas

La vida de la célula y la membrana celular

Una simple célula, sólo visible en el microscopio, encierra un complejo entramado de vida, con todos sus elementos en perfecta armonía. Nuestro organismo está formado por millo­nes de células que cumplen su cometido: nacen, se alimentan, viven, generan otras células, mueren y desaparecen.

Todas es­tas células se diferencian sí según la función que desarrollan y se agrupan formando tejidos, que configuran formas muy de­finidas, dando lugar a un ser vivo.

Todas las células flotan en un líquido, el líquido extrace- lular, una especie de «mar interior» que consta de dos com­ponentes: el plasma sanguíneo, que circula por un sistema de vasos, y el líquido intersticial, que baña las células y se sitúa en el exterior de los vasos.

Cada célula tiene una envoltura de consistencia oleagino­sa en la que se desarrolla una intensa actividad. En la mem­brana celular existen una especie de minúsculas «pistas de aterrizaje» que se encargan de recibir los nutrientes y las hor­monas. También existen las proteínas portadoras, encargadas de introducir continuamente millones de moléculas en el in­terior de la célula.

Aquí es donde se sitúan las sustancias in­munes que se encargan de defender a la célula contra orga­nismos invasores como los radicales libres, los virus, las bac­terias, los mohos, las toxinas y los contaminantes.

Membrana de la célula

Unas microscópicas burbujas llamadas vesículas

Allí se almacenan materias primas necesarias, por ejemplo, para la síntesis de las hormonas. En medio de esta frenética actividad, miles de en¬zimas aguardan las sustancias que son transformadas median¬te varias reacciones químicas.

La membrana celular está recubierta de capilares, unos va¬sos sanguíneos muy delicados, que son permeables a las vita¬minas y minerales que la sangre transporta y que deben atra¬vesar la membrana. Para un bioquímico, esta frontera entre los vasos sanguíneos y la célula tiene un interés fascinante.

En ella, por ejemplo, los microorganismos patógenos intentan burlar los «controles aduaneros» para invadir el interior de la célula. Cada una de las células, que son 70 billones, sufre unas 10000 veces al día el ataque de los radicales libres. Pero nues¬tro sistema inmunitario detecta la presencia de estas sustan¬cias nocivas y las neutraliza.