Funciones del Cinc en el cuerpo humano
Después del hierro, el cinc es el elemento vestigial que más necesitamos. Desempeña en el metabolismo un papel similar al de las vitaminas (excepción hecha de las del grupo B). Es componente de muchos enzimas y también de la insulina; imprescindible para la digestión de los hidratos de carbono y el metabolismo del fósforo.
También para la síntesis de los ácidos nucleicos, que controlan la síntesis de las proteínas en las células del cuerpo; el cinc es insustituible. Ayuda en la cicatrización de las heridas; en la degradación del alcohol y en la síntesis de los genes de nuestras células
El cinc abunda en especial en el pescado, en la carne muscular y en los frutos secos; así como en los cereales aunque gran parte se pierde durante la molienda y el posterior tratamiento. En Oriente Medio; donde el pan integral ácimo contribuye de modo importante a la alimentación del pueblo, muchas personas padecen carencia de cinc porque los ácidos vegetales, las proteínas y los colorantes impiden la absorción de este mineral.
El déficit puede conducir también a falta de apetito, lo que contribuye a incrementarlo. Si se bebe mucho alcohol, se «lavan» grandes cantidades de cinc del hígado hacia la orina. El cabello frágil y las uñas quebradizas o con puntos blancos son síntomas de esa carencia.
Yodo y Flúor, Minerales de Interés
De este elemento vestigial importante para el funcionamiento del tiroides necesitamos sólo cantidades ínfimas. El cuerpo humano contiene alrededor de 25 miligramos.
Sin él no podríamos existir pues este elemento desempeña un papel importante también para la obtención de energía, lo mismo que en el metabolismo basal; es decir, el consumo de energía en estado de reposo, que en adultos es de alrededor de una caloría por minuto.
Ayuda al cuerpo a quemar las grasas almacenadas cuando el aporte diario de energía no es suficiente. El yodo, pues, contribuye también al adelgazamiento. Con su ayuda, y con una producción normal de la hormona de la glándula tiroides; la tiroxina, se transforma carotina en vitamina A y se incrementa la absorción de hidratos de carbono en el tracto gastrointestinal.
El yodo contribuye a la salud psíquica así como a tener unos cabellos; una piel, unas uñas y unos dientes sanos. Este elemento vestigial se encuentra en el pescado de mar y en las setas.
El flúor es imprescindible sobre todo para nuestra estructura ósea y para los dientes. Este elemento vestigial estimula la incorporación del calcio a los huesos, procurando así una estructura esquelética robusta.
Protege también a nuestros dientes contra la caída y contra los ácidos; producidos por las bacterias a partir de azúcar principalmente y que atacan el esmalte. El flúor deposita en este último finos cristales y previene la caries. Este elemento vestigial se encuentra en el pescado de mar, la carne, el queso y el té. En algunos países también se le añade al agua potable.