Su uso en la medicina natural se conoce desde hace 5 000 años. En el papiro Ebers (escrito alrededor de 1555 a.C.), el primer documento de la historia de la medicina en el antiguo Egipto, ya se transmite una receta sobre el poso o «barrillo» de la cerveza en sus múltiples aplicaciones médicas.
La levadura de cerveza estaba considerada como muy beneficiosa y servía para mantener el cuerpo sano y una mayor esperanza de vida. Hipócrates, Dioscórides, Paracelso -que definió la cerveza como «medicina divina»- y el párroco Kneipp recomendaron la levadura de cerveza.
La «intensa fuerza del microcosmos»
Que es como la llamaron, es un alimento y remedio extraordinario para el cabello y la piel, los nervios, la depuración de nuestro organismo, la regeneración de la flora intestinal, la circulación sanguínea y el colesterol.
Todavía en el siglo xviii, los libros de medicina hablan libremente de la cerveza como medicina. Sin embargo, hay que tener presente que la cerveza de entonces se diferenciaba en gran medida de los tipos que hoy se obtienen. Aquella cerveza se filtraba de un modo rudimentario y era una bebida turbia y espesa.
Dicha cerveza era rica en sustancias adicionales, los llamados productos secundarios, entre ellos, la levadura de cerveza. Si retrocedemos al principio de la elaboración de esta bebida, podemos suponer que inicialmente, como sucedía en Egipto, la cerveza también estaba compuesta por elementos sólidos, de donde se deriva el término de «pan líquido», término por el que también es conocida la cerveza.
Eran, sobre todo, dichas «impurezas» las que otorgaban a la cerveza su carácter medicinal. Gran parte del efecto benéfico de la levadura se debe, en gran medida, a su alto contenido en oligoelementos singulares que son importantes para nuestra salud y que, en la actualidad, escasean en nuestra alimentación. Tan sólo mencionaremos tres de estas importantes sustancias.
El glutatión. Se trata de una sustancia que contiene azufre y que es necesaria para determinadas reacciones enzimáti- cas del organismo. Esta sustancia ocupa un lugar destacado en los procesos de desintoxicación del organismo y facilita el desdoblamiento de productos metabólicos cancerígenos.
El cromo
Parece ser que hay una relación entre deficiencia de este oligoelemento y la aparición de la diabetes y el infarto de miocardio. El selenio. Según datos del Consejo de Investigación Nacional de los EE.UU., el selenio se puede incluir, con seguridad, dentro del grupo de sustancias protectoras contra el cáncer, con una efectividad claramente demostrada.
La levadura de cerveza es una fuente óptima de selenio, ya que en las células de levadura el selenio se produce por vía biológica y no representa ningún peligro de intoxicación (en grandes dosis, el selenio es tóxico).
La levadura contiene más de 30 fermentos diferentes, necesarios para el mantenimiento de la vida. El componente más importante de cada uno de los fermentos es el llamado co-fermento, compuesto siempre por una vitamina, un elemento mineral o un oligoelemento.
Enumeramos, a continuación, las valiosas propiedades que se han estudiado en el caso de la levadura de cerveza.
Es un alimento óptimo para el hígado. La levadura de cerveza potencia el sano funcionamiento del hígado, un órgano decisivo para el metabolismo y la desintoxicación, gracias a la acción de las sustancias activas de la levadura.
La carencia de determinadas sustancias en nuestra alimentación provoca trastornos hepáticos. El hígado necesita proteínas para fabricar enzimas, como la colina o la metionina, que protegen contra el exceso de grasa. Las sustancias que contienen azufre, como el glutatión, son indispensables para los procesos de desintoxicación.
También necesita del complejo vitamínico B para los procesos de descomposición de los nutrientes, así como del imprescindible selenio. Precisamente, estas sustancias se encuentran en su totalidad, y en una relación perfecta, en la levadura de cerveza.
Se ha comprobado que la levadura de cerveza es el tratamiento más eficaz en las enfermedades hepáticas
La levadura es eficaz, incluso, en casos de cirrosis y hepatitis. El selenio que aporta la levadura integral se absorbe particularmente bien y protege a las membranas y al núcleo de las células de posibles daños.
Colesterol y circulación sanguínea. La levadura también puede prevenir las enfermedades del sistema cardiocircu- latorio. Las sustancias nutritivas de la levadura tienen, además, el efecto de reducir el nivel de colesterol en sangre y la presión sanguínea.
La colina y la lecitina aumenta específicamente la proporción del colesterol beneficioso (colesterol HDL) y las sustancias amargas del lúpulo estimulan al hígado y la bilis, de manera que puede eliminarse en mayor medida el colesterol perjudicial (LDL). La levadura de cerveza parece estar en situación de influir estos procesos en sentido favorable.
La excelente relación potasio-sodio de la levadura favorece la eliminación de agua y reduce la tendencia a presiones arteriales muy elevadas. Y no hay que olvidar que, además, contiene toda una serie de sustancias importantes para las funciones del corazón: la vitamina B, y los oligoelementos cromo y selenio.
La levadura de cerveza y la diabetes. En los años veinte ya se constató que la levadura contiene una sustancia que activa la insulina y reduce el nivel de azúcar en la sangre. Hoy en día, sabemos que este factor de tolerancia a la glucosa y el elemento cromo, que está abundantemente presente en la levadura de la cerveza, mejoran la absorción de la glucosa en las células.
El zinc y el potasio fomentan este mecanismo
Del que pueden sacar provecho todas las personas que padecen diabetes senil. Con mucha frecuencia, una cura de ayuno con levadura mejora la tolerancia a la glucosa. Es un protector de la piel, las uñas, el cabello y los nervios.
Gracias al elevado aporte de las vitaminas B para el sistema nervioso, la vitamina H o «vitamina de la piel» (bioti- na), proteínas de alto valor (en especial, el glutatión), sin olvidar su alto contenido en minerales y oligoelementos (sustancias importantes en el metabolismo de la piel y los cabellos).
La levadura de cerveza mejora el aspecto y la resistencia de la piel y el cabello, potencia el sistema nervioso y pone en forma y aumenta la capacidad física. Es el alimento de la piel, que actúa interiormente, es decir, gracias a su efecto depurativo y regulador del metabolismo (renueva la flora intestinal), beneficia de manera indirecta la salud de la piel. No hay que olvidar que la piel no es un órgano aislado del resto de nuestro organismo, sino que, precisamente, es un espejo del estado interno de nuestro cuerpo.
La levadura de cerveza mejora el aspecto y resistencia de la piel aplicándose como una pomada, para uso externo, o en forma líquida celular, para uso interno. También, se ha mostrado muy efectiva en el tratamiento de algunas enfermedades de la piel. No son efectos «cosméticos», sino una expresión de la curación en profundidad.