Caballero, ¿no está usted en forma?. ¿Ha te nido algún que otro «fracaso» enojoso?. ¿Problemas de puesta en marcha?. ¿No se siente ya capaz «de honrar a las damas»? Esto también les concierne a ellas, si tienen dificultad en hacerse «honrar» con elegancia.
Recetas y hierbas del amor
Para que todo marche como la seda, hay que comer trufas. Por lo visto la madre de Enrique IV, rey de Francia, las consumía en abundancia. De igual forma su hijo; y si hemos de creer a Curnonsky, Napoleón hizo otro tanto.
Enrique IV, por otra parte, vino al mundo porque la víspera de ser concebido su madre había comido gran cantidad de fiambres trufa dos. El buen rey Enrique siempre anduvo corriendo detrás de las jóvenes.
Conocemos las hazañas eróticas de Rey. Ya que todas las mujeres le gustaban, en particular las de los demás. Si Enrique IV no hubiera comido tantas trufas, sin duda no habría podido desear a tantas damas.
En cuanto a Napoleón Bonaparte, no le falta ron los éxitos amoroso. Eran los hijos los que le faltaban. El emperador no era prolífico. Parece que el nacimiento de su hijo único, el Aguilucho, futuro rey de Roma, se debió a las trufas. Al menos es lo que asegura un célebre gastrónomo, Curnonsky.
Napoleón se lamentaba de no tener descendencia, y hacía de ello un drama. Por fin, un buen día oyó hablar de uno de sus oficiales que, según se decía, sembraba bastardos en todos los lechos. Envió a buscarle y le preguntó cómo se las arreglaba para hacer tantos hijos.
«Sire respondió el Don Juan , antes de acostarme me regalo con un pavo relleno de trufas y bebo una botella de champán seco.»
Tizanas y hierbas del amor
Dejemos reyes y emperadores a un lado, y volvamos con los simples mortales, aconsejándoles. Para un buen comportamiento sexual, la tisana llamada de la felicidad. He aquí de qué está compuesta: 5 gramos de ajo, 5 gramos de cebolla, 5 gramos de ajedrea y 1 gramo de menta, todo en un litro de agua
Otra tisana de la felicidad: 5 gramos de ortiga, 1 gramo de ajedrea y 3 estigmas de maíz.
Existe también una variante en infusión que es llamada, con razón o sin ella, «infusión del play-boy»: 30 gramos de ajedrea, 10 de romero, 10 de menta y 10 de flores de naranjo. Dejad 5 minutos en infusión y bebedla por la mañana y por la noche, durante 4 días.
Otra variante, siempre con el mismo propósito: 45 gramos de ajedrea en una taza de agua hirviendo, dejad 5 minutos en infusión, filtrad y bebed por la mañana y por la noche, 3 días consecutivos. Consejo de un especialista: «Repetid estos dos tratamientos durante 21 días, alternándolos.»
¿Sabéis lo que decía el gran novelista Balzac?; «En amor, la mujer es una lira que sólo entrega sus secretos al que la sabe pulsar bien.» De manera que, aprended, jóvenes. También podemos utilizar la menta, cómplice de Afrodita.
La menta estimula la digestión, no cabe duda, pero también los sentidos. Si queréis apagar la luz y dormir, es evidente que no es aconsejable beber una tisana de menta antes de meteros en la cama. En cambio, si no deseáis dormir.
Otras hierbas del amor
En los casos de astenia sexual, un autor francés ha reconocido en la heraclea (bella planta que tiene más o menos la altura de la angélica) cualidades afrodisiacas muy particulares. Por consiguiente, la recomienda a los negligentes y a los perezosos.
Les sienta bien a los nerviosos, es bueno también para la sangre, les sienta bien igual mente a los… remolones de los placeres del le cho. Nos referimos al ginseng que prolonga la vida, devuelve la juventud y es, por añadidura, un excelente estimulante sexual.
¿Sabíais que un hombre demasiado aficionado a los dulces no puede amar gran cosa a las mujeres? ¿Por qué?, pues porque el azúcar mata el deseo sexual.
Para aumentar el apetito sexual, comed por tanto y masticad ginseng. El burdock (raíz salvaje corriente que se parece a las raíces de los árboles), actúa igualmente sobre los deseos sexuales, pero al cabo de un período prolongado.
Los especialistas consideran que es el mejor remedio. (Entre los alimentos, el pescado y sobre todo las anchoas, los huevos y el alforfón son excelentes para la erección.) Mas «aquellos que comen diversas raíces vegetales están muy influidos por las fuerzas de la natura leza: sus deseos sexuales aumentan mucho en primavera» (M. Abehsera).