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Remedios caseros para tratar la congelación

Remedios caseros para tratar la congelación

Remedios caseros para tratar la congelación

Consecuencias que produce el congelamiento

Cuando se produce una congelación, los tejidos de la parte congelada del cuerpo quedan coagulados a causa del frío. Especialmente cuando tras una larga exposición a temperaturas bajas se ha sufrido la fustigación del viento.

Por lo general se congelan las orejas, la nariz y los dedos de pies y manos. Es decir, todas las partes salientes del cuerpo.

Cuando los vasos sanguíneos se contraen excesivamente a causa del frío, como reacción protectora contra el mismo, la sangre no puede circular, con lo que la zona aquejada adquiere un matiz cerúleo muy característico.

Es posible que la congelación de las orejas, la nariz y las mejillas no cause dolor alguno, pasando de este modo inadvertida. Sin embargo, cuando se congelan los pies o las manos, el dolor aparece en grado fuerte.

Remedios caseros para tratar la congelación

Procedimiento natural para el descongelamiento

El tratamiento de descongelación consiste en volver a calentar lenta y gradualmente los tejidos, con objeto de restablecer la circulación de la sangre.

Casi el mejor procedimiento consiste en calentar la zona congelada con el propio cuerpo. Es decir, calentar la nariz, las mejillas o las orejas con las manos, o colocar éstas debajo de las axilas o entre los muslos, en las ingles, si son ellas las congeladas.

Para descongelar las manos y los pies es conveniente asimismo calentarlos paulatinamente por medio de paños calientes o metiéndolos en agua templada. En este caso se usará agua fría, que aumentará de temperatura poco a poco, agregándole agua caliente.

También puede alternarse el baño de las manos o pies en agua fría y caliente, durante unos minutos. No es conveniente entrar en lugares muy calientes cuando se es víctima de congelación.

También es contraproducente situar la persona congelada en alguna parte de su cuerpo muy cerca de una fuente calorífica. Ya sea, como una estufa o un radiador, o bañar la zona afectada solamente con agua muy caliente. Los procesos de descongelación requieren cierta lentitud, pues una aplicación desmedida y rápida de calor puede originar la rotura de los vasos congelados y causar una gangrena.

No hay que frotar la zona congelada, ni mucho menos hacerlo con nieve o hielo. Pues ello puede llevar a una destrucción de los tejidos cutáneos, con una gangrena como resultado.