Descripción de la Coclearia
Hierba bienal, la codearía embellece las costas marítimas, los bosques húmedos y también los huertos. No obstante, hay que prestar atención. La Cochlearia officinalis prefiere los terrenos salinos, la Cochlearia saxatilis se encuentra en las rocas calcáreas. En las montañas, y la Cochlearia brericalis enana vive en los altos Alpes orientales.
La codearía que nos ocupa, es decir la Cranson officinalis, está guarnecida de grandes flores blancas en racimos, que producen minúsculas silicuas ovales, estriadas.
Característica común de las hojas. Son muy carnosas; las hojas inferiores son un poco recortadas, pero muy pedunculadas, en forma de media luna en la base y curvadas como una cuchara (por esta semejanza se llama vulgarmente «hierba de las cucharas»), mientras que las hojas superiores son sentadas y rodean el tallo como dos orejas.
La codearía tiene, en general, el mismo sabor que el berro, y si se aprieta entre los dedos exhala un olor que recuerda el de la mostaza.
Bachstrom señala, en su Tratado del escorbuto, que un marino afectado precisamente de esta enfermedad y abandonado en una playa desierta de Groenlandia en un triste estado, curó milagrosamente gracias a la codearía, la única planta que podía mordisquear, puesto que crecía cerca de él, ya que la enfermedad le había privado del uso de las piernas.
Propiedades del Cólquido o Cólchico
El cólquido es una planta maldita en el sentido de que, ante todo, es extraordinariamente tóxica, y, en segundo lugar, forma parte del conjunto de los filtros de los hechiceros.
Capturado y corregido por la química, el cólquido puede convertirse también en un analgésico y antipirético en pequeñas dosis.
En efecto, la colchicina y las preparaciones de cólquido son empleadas como remedios eficaces contra los ataques agudos de gota; pero, cuidado, estos remedios deben ser administrados únicamente por prescripción facultativa. No existe ningún antídoto contra el cólquido.