El polen juega un destacado papel en el proceso de transmisión al hombre, por medio de la abeja, de los principios activos del reino vegetal. El polen reúne las numerosas cualidades de las plantas, ofreciendo una multitud de principios activos, que las abejas transmiten en estado puro.
Minuciosos análisis de laboratorio han identificado hasta ahora más de 50 sustancias activas comprendidas en el polen, con un espectro de acción asombrosamente amplio sobre un gran número de afecciones y disfunciones del organismo humano.
Según el investigador ruso, el Dr. N. Ioirish, el polen reúne todas las sustancias vitales que el organismo necesita para vivir. De flor en flor, según su procedencia, las proporciones de sustancias que contiene el polen son muy distintas. Sin embargo, en todos ellos están presentes las proteínas, el azúcar, los minerales, las vitaminas, las sustancias hormonales, las grasas, los aromas y el agua.
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La composición del polen es muy rica:
4 % de agua, 50 % de azúcares, 5% de lípidos, 35% de proteínas, 6% de minerales (potasio, calcio, magnesio, hierro, fósforo, azufre, manganeso y sílice). También es muy rico en aminoácidos, en total 20, entre ellos la metionina (equilibra el sistema nervioso), la fenilalani- na (alivia las migrañas) o el triptófano (inductor del sueño).
A igual peso, los aminoácidos del polen son de 6 a 7 veces superiores a los que poseen los huevos y el queso. También es rica en vitaminas A, C, E y biotina, así como las del grupo B (tiamina, riboflavina, piridoxina y ácido pantoténico).
El polen constituye un tónico energético y revitalizante excepcional, abre el apetito, combate la fatiga mental y baja la presión arterial.
Provoca una recuperación muy rápida del peso y de las fuerzas en las personas convalecientes.
La dietética actual aprecia cada vez más el polen como paliativo de las carencias de una alimentación desnaturalizada.
Los trastornos intestinales y la falta de vitalidad son debidos a la ausencia de los principios activos indispensables y, también, a la acumulación de residuos nocivos para el organismo, que conducen al envenenamiento de las células. El polen de las flores, recogido por las abejas, no deja residuos perjudiciales y aporta elementos revitalizadores de gran valor biológico.
Entre las propiedades del polen, destacan las siguientes:
Es un gran regulador de las funciones intestinales. Tanto puede combatir los estreñimientos más tenaces como la diarrea. Al ser un poderoso y rápido normalizador intestinal, el cutis se suaviza. El acné puede tratarse con 3 g diarios de este producto.
Devuelve el apetito. Combate los estados de debilidad y provoca una recuperación muy rápida del peso y de la fuerzas después de una enfermedad. Ésta es, probablemente, una de las indicaciones de mayor interés.
Es un gran revitalizador del organismo. Por lo tanto, muy indicado en la edad de crecimiento, en personas convalecientes o agotadas y en la vejez.
Es muy rico en proteínas, tanto en calidad como en cantidad
Parece ser que 100 g de polen contiene la misma cantidad de aminoácidos esenciales que medio kilo de carne, por lo que 30 g cubren las necesidades diarias de aminoácidos de una persona adulta.
Debido a su contenido en aminoácidos de alta calidad, minerales y vitaminas, constituye un interesante suplemento alimenticio para personas con anemia, pues aumenta la tasa de hemoglobina y el número de hematíes de la sangre. Es suficiente tomar medio gramo de polen diario durante un mes para aumentar en 80 000 el número de glóbulos rojos por milímetro cúbico de sangre.
Muchos dietistas recomiendan incluir un poco de polen en las papillas infantiles, ya que aumenta los niveles de hemoglobina y calcio. Puede combatir trastornos psicológicos y estados de agotamiento, neurosis y depresiones psíquicas leves.Se puede administrar en casos de diabetes ya que el polen baja el nivel de azúcar en la sangre.
Astenia sexual. Se ha observado una mejoría en casos de impotencia masculina, sobre todo la derivada de trastornos prostáticos. En las mujeres, el polen favorece los ciclos menstruales y la fertilidad y disminuye las molestias de la menopausia. Su contenido en metionina hace que sea un eficaz regulador hepático.
Alergias. Paradójicamente, una sustancia como el polen, que provoca numerosas reacciones alérgicas, puede ser un protector cuando se utiliza por vía interna. Las afecciones que parecen responder mejor son: asma, rinitis, fiebre del heno, bronquitis espástica y migrañas alérgicas.
Es un gran regulador funcional de todo el organismo
Cuando la tensión es baja, los síntomas de desmayos y falta de fuerza desaparecen en poco tiempo mediante este sencillo método natural. También se recomienda en aquellos casos donde la tensión es demasiado alta. El uso de polen está indicado, también, en la enfermedad de Basedow, es decir, en el hiper- funcionamiento de la tiroides.
Los intelectuales que deben trabajar intensamente, encontrarán en el polen un extraordinario alimento fortalecedor, sencillo y natural. Permite mantener durante más tiempo la intensidad de trabajo. Ante la frenética vida cotidiana de las ciudades, el polen representa un gran reconstituyente, un alimento complementario de alto valor energético.
No se le conocen contraindicaciones, por lo que el polen puede tomarlo todo el mundo, incluso las personas obesas, ya que proporciona vitalidad y equilibrio en la alimentación, sin engordar. La única excepción la encuentran las personas alérgicas, aunque puede lograrse vencer esta afección, administrando el polen en dosis muy pequeñas, que luego irán aumentándose.