No sería justo hablar de las medicinas naturales sin nombrar la magnetoterapia. La magnetoterapia se basa en el principio de que existe una orientación magnética, es decir, el campo magnético orientado norte-sur o sur-norte.
El polo norte posee un efecto relajante y el polo sur un efecto antiinflamatorio muy útil en reumatología y en traumatología deportiva.
Para que es usada la magnetoterapia:
—Las elongaciones musculares.
—Las tendinitis.
—La tortícolis.
—Los dolores articulares ordinarios.
Vale la pena saber que una placa magnética posee una doble polaridad, es de fácil empleo y se puede adquirir libremente en las farmacias.
La magnetoterapia posee algunas contraindicaciones muy precisas que es necesario conocer. No debe ser empleada por personas que lleven un estimulador cardíaco ( marcapasos), las mujeres embarazadas, los espasmófilos y las personas que sufran de trastornos mentales.
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El ritmo que nos mantiene
Las secreciones hormonales poseen un ritmo circadiano o ritmo «día-noche» y la pérdida del ritmo natural de vida puede ser la causa de trastornos funcionales diversos.
Hipócrates, Pitágoras, Aristóteles y Plinio afirmaron, aunque no lo pudieron demostrar, la ritmicidad de los procesos biológicos que a partir del siglo XVIII se convertiría en objeto de profundos estudios.
La variación regular y previsible de un ritmo biológico depende, por una parte, del patrimonio genético y por otra de las influencias externas que el hombre recibe a lo largo de su vida.
Los imperativos horarios que controlan la alternancia de nuestra actividad y nuestro reposo poseen un efecto de sincronización.
Estos ritmos están integrados y coordinados por la intervención de las hormonas del sistema nervioso; así es necesario observar un período de reposo después de un período de actividad para respetar el ritmo biológico establecido en las veinticuatro horas del día, de la misma forma que la noche sucede al día.
Todo ello forma parte de las reglas que deben seguirse para llevar una buena higiene de vida. Por ejemplo, la diferencia horaria que se deriva de un viaje transoceánico en avión perturba el ritmo circadiano. El sueño se altera, sobre todo cuando es la última parte del sueño, denominada sueño paradójico, la que ha sido afectada.
Este período, en efecto, concentra la actividad cerebral más importante y permite la recuperación de la fatiga nerviosa. Los sueños que ocurren en esta fase permiten a la mente liberarse de las contrariedades sufridas durante el día y de esta forma mantener un mejor equilibrio psíquico.
A lo largo de la noche se suceden cuatro o cinco ciclos de sueño, de los cuales el sueño paradójico representa el 20% de la duración total, es decir, cien minutos aproximadamente.
En determinadas condiciones patológicas, el sueño paradójico puede sobrevenir inmediatamente después de iniciarse el descanso.
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