Esta planta de huerto, que alcanza más o menos la altura del ajo, que los portugueses designan cebóla y los franceses oignon, tan usual en la cocina casera, donde rara vez suele faltar, y tan necesaria como condimento, se divide en innúmeras variedades, propias las unas para encurtir, las otras de verdeo, terceras de cabeza, etc.
Entre estas numerosas variedades podríamos mencionar: Temprana de la Reina. Chica de Barletta, Blanca temprana de París, Madeira, Ñapóles, Valencia, Lisbone. Blanca de la Costa, Barleta. Cambrai, Inverniza de Montevideo, Verías. Nioit, etcétera.
Su Cultivo
La cebolla para verdeo suele sembrarse entre los meses de agosto y noviembre en la proporción aproximada de 12 a 15 gramos para cada metro cuadrado de terreno, y en almácigos mejor densos que ralos, debiendo ser regado a menudo, pues requieren buena humedad.
La que ha de emplearse más tarde en los encurtidos puede sembrarse en cualquiera de los meses pertenecientes a la estación de las flores, es decir, la primavera, preferiblemente las cebollas enanas, y en disposición de constituir almácigos, y en filas entre 3 y 8 centímetros, hacia cualquier dirección. A diferencia de la anterior, la cebolla para encurtidos no ha menester ser regada, y no debe dejarse que las cabezas pasen del tamaño de una aceituna normal.
Por último, las especies destinadas para cabeza pueden ser sembradas entre febrero y marzo, cuando se trata de variedades invernales, entre junio y julio para las especies de últimos de año y sólo en agosto para las cebollas estivales.
Almácigos densos, 12 a 15 granos para cada metro cuadrado, y las que se utilicen más tarde para cabezas deben trasplantarse, no así las restantes. Este trasplante se verificará cuando la planta alcance los 15 centímetros, no más, y entre cada unidad debe dejarse un espacio en blanco de 8 a 22 centímetros, alejándose las filas unos 30 o 35 centímetros, y los pozos de trasplante deberán tener de hondura entre 4 y 6 centímetros.
Un detalle que suele preconizarse, por su importancia, es el recorte de la raíz y de las hojas moderadas, se entiende en el acto del trasplante. La tierra circunvecina a cada unidad debe estar más prieta que floja, y una condición esencial es no descuidar el regado.
El retorcido de la planta en lo que emerge de la tierra tiene por objeto centralizar las savias en el bulbo. Este procedimiento no debe realizarse sino cuando la evolución de la planta ha llegado a su máximo punto de desarrollo.
Ya se sabe que no debe cosecharse sino cuando la amarillez de las hojas sea ostensible, y es conveniente proceder al secado al aire libre de las cabezas, durante tres o cuatro días, preservándolas en todo caso de las lluvias.
Como Alimento
La generalidad de las personas creen que en la cebolla no tiene la ama de casa sino un ayudante valioso para sazonar las comidas. Pero la cebolla es algo más: es un producto de la tierra que posee sustancias nutritivas de las más puras, constituyendo por lo mismo un elemento imprescindible en la cocina sensata.
Da la cebolla más calorías que el coliflor, el repollo, la zanahoria, el tomate, la espinaca, el rabanito, la lechuga, los espárragos. Y conste que hemos citado de entre las hortalizas las más cotizadas por su alto valor. Hay regiones de nuestro globo en que sus moradores se alimentan casi con exclusividad de cebollas sin que caigan por ello en la anemia y ni siquiera en el simple debilitamiento.
No queremos significar con ello que se prescinda de toda otra sustancia en la alimentación Seria ridículo, ya que las comidas integrales requieren, antes que cualquier cosa, variedad de elementos, pues las propiedades de un producto suelen faltar otro y viceversa.
Como Medicina
Su libro sobre el limón, el ajo y la cebolla refiere N. Capo algunos casos en que la última de los nombrados, realizó importantes curas de diversas enfermedades. Nosotros no queremos recurrir nunca a los testimonios individuales, por más fidedignos que ellos nos parezcan, sino mejor a las observaciones generales incontrovertibles.
Por eso declinaremos recomendar la cebolla para casos en que todavía debe experimentarse su uso. Estamos, por otra parte, a una altura de la civilización y de la historia en que nos resulta difícil creen en las «panaceas universales» con que las viejas sociedades se ilusionaban, tan reales en sus efectos como esos «bálsamos de vida» que reportaban a los audaces charlatanes las más pingües ganancias.
Es de notar, sin embargo, que la medicina moderna se acerca poco a poco al logro de una «panacea universal». Los sensacionales descubrimientos de los últimos tiempos, las sulfamidas primero, la penicilina después autorizan a creer que en un futuro no lejano tendremos remedios maravillosos, que disminuyan la mortalidad del género humano.
Y es de esperar que la acción pro humana de estos medicamentos no se vea contrarrestada desastrosamente por las eternas guerras en que la edad antigua y la moderna caen de continuo, sin escarmentar jamás de sus consecuencias funestísimas. Sobre tal tema nos extenderemos en el último capítulo.
Volviendo al asunto, se reconoce a la cebolla, no sólo en América, sino además en diversas naciones del Viejo Continente, su propiedad desinfectante, recomendándose por ello para cualquier clase de heridas.
Lajovski, teórico famoso, que emprendió investigaciones trascendentales y que recomendaba, como muchos otros, el uso de Ios alimentos crudos, no cocidos, pues en aquella situación es cuando su potencia alimenticia permanece incólume y perfecta.
Lajovski, repetimos, se ha ocupado bastante de la cebolla, dejando al respecto interesantes documentos. Hay países eslavos donde casi no puede verse un caso de cáncer, y en esos países es donde se consume la mayor cantidad de cebollas. Hay también ciertas sectas judías que se alimentan de ese modo, y que se ven libres igualmente de la temible afección a que nos referimos recién, pese a que viven en un estado de inconcebible pauperismo, en condiciones de higiene deplorables.
- Capo le reconoce a la cebolla efectos emolientes, diuréticos y oxidantes. Tal vez. La recomienda además para el reumatismo, en fricciones de su jugo, molida o .rallada, y en combinación con el limón. Puede experimentarse ya que no entraña dicho tratamiento ningún peligro para la salud. Un poco más de reserva tenemos para los otros casos en que el mismo.
Son ellos: Sarampión, tifus, viruela, lúes, gripe, pulmonía, escarlatina, fiebres palúdicas, flemones, amigdalitis, pleuresía, herpes, ronquera, tos, etc. En lo que respecta al sarampión, el tifus, la viruela, la lúes (sobre todo), la pulmonía, la escarlatina, los limones, la pleuresía, se trata de enfermedades peligrosas, que deben ser expuestas en seguida al facultativo.
No es recomendable, en consecuencia, que el enfermo mismo distraiga un tiempo que puede serle precioso con tratamientos empíricos como el de la cebolla y el limón. Hay que pensar siempre en que éstos, que no hacen mal, pueden no hacer bien. Todo tratamiento de tal naturaleza que quiera iniciarse deberá realizarse bajo la estricta vigilancia y con la anuencia del médico.
Va la salud en juego. El fenómeno de la vida es mucho más complicado de lo que suele pensarse. En cuanto a la tos, será preciso que se investigue de qué proviene. Puede ser una afección pulmonar. ¿Es ilícito entonces descuidarse con un tratamiento de cebolla y limón? No. Por eso nosotros no cesamos de repetir siempre: primero el médico, después los remedios empíricos. ¡Y a no olvidarlo!…
Como Afrodisiaco
No es de ahora que se vea en este producto de la tierra un potente afrodisíaco es decir, que, estimula los órganos de la generación. A este respecto son extraordinarias tas observaciones realizadas por el ruso I. M. Peisachóvitch, perteneciente al Instituto Ucraniano de Organoterapia y Endocrinología. Este sabio logró extraer de la cebolla un elemento misterioso, que en el organismo de los animales tiene la rara cualidad de despertarles el estado de ‘»celo”. He aquí, pues, el afrodisíaco.
Por otra parte, dicho elemento encierra otra virtud, cual es la de precipitar el desenvolvimiento genésico de esos mismos animales jóvenes, que ayudados así llegan más presto a su situación de madurez creativa. Lo cierto es, en cualquier caso, que la historia nos trae ejemplos de que la cebolla es muy bondadosa para los trastornos derivados en la mujer de sus órganos de la fecundidad. Este capítulo no está lo suficientemente conocido como para que puedan enunciarse sobre él conclusiones decisivas, pero se trata de un enigma que ha de resolverse, seguramente, pronto.
Donde se le reconoce a la cebolla una acción eficiente e indubitable es en cuanto a su propiedad diurética, vale significar propiciatoriamente de las emisiones de la orina. Muchos sabios antiguos han dejado testimonios de esta facultad de la cebolla.
Plotino, Diocórides, Plinio y otros, que pese a haber vivido en épocas en que las ciencias fundamentales estaban en su infancia, tuvieron visiones sorprendentes sobre ésta como sobre muchas otras materias. Suelen usarse para la hidropesía, aunque, claro está, volvemos a decir que para tales efectos debe maniobrar un médico.
Otra propiedad fuera de duda es su acción benéfica sobre los procesos de la digestión. Hay actualmente numerosas personas, por las condiciones modernas de existencia, que no realizan la digestión como debieran, muchas veces por carencia de los jugos gástricos imprescindibles. La cebolla irá en su ayuda, si tienen la constancia de agregarla diariamente al menú.
Respecto de la relación de la cebolla con los gases intestinales hay cierta contradicción entre los tratadistas. Dicen algunos de ellos que este vegetal propicia la formación de los mismos, por lo que muchas personas lo temen; y dicen otros que contrariamente, la cebolla ayuda a la eliminación de tales gases, gozando, por ende, de propiedades carminativas.
No podemos pronunciarnos al respecto en forma absoluta, cada uno verá el efecto que sobre sus intestinos produce, y cada uno resolverá en consecuencia. Lo que sí puede decirse es que nunca resulta la cebolla perjudicial para los intestinos, y antes se suele recomendar también para el hígado, para la piel y pecas, para desintoxicar el organismo después de haber bebido abundante alcohol, pata fortalecer el cuero cabelludo, para proporcionar cuero cabelludo tranquilo y abundante.