Las vitaminas tienen, en general, un cierto efecto alcalini- zante y depurativo. No obstante, si estas vitaminas son ingeridas en forma de píldoras, una sobredosificación nos puede conducir al efecto contrario, a una acidificación.
Vitaminas como las del grupo A, B, C, D y K son francamente alcalinizantes en su estado natural, no sólo por su acción aislada, sino porque en los alimentos frescos en los que naturalmente están presentes predominan los compuestos alcalinizantes.
En cuanto a los minerales, es importante no caer en el error de excedernos en el consumo
Es un error comer demasiados alimentos ricos en caldo u otros minerales, si no son tratamientos específicos que haya prescrito el médico o especialista.
Es importante la ingestión moderada de minerales para no causar trastornos por exceso a nuestro organismo, como lo serían, en el caso del calcio, los cálculos, la pérdida de elasticidad de las paredes arteriales y los depósitos calcáreos en otras zonas del organismo.
De hecho, las necesidades minerales de nuestro cuerpo son pequeñísimas pero indispensables, especialmente en algunas etapas de la vida como en la infancia, durante el periodo de crecimiento y osificación del esqueleto, en el embarazo y la lactancia y durante la convalecencia.
La terapia a base de megavitaminas
Para permanecer sano, el organismo necesita sólo una pequeña cantidad de vitaminas. No obstante, existen tratamientos para curar algunas enfermedades, donde se han empleado con éxito dosis de vitaminas muy superiores a las habituales. La terapia a base de megavitaminas, como se la conoce habitualmente, sigue suscitando bastante polémica.
Aunque la opinión médica más ortodoxa intenta desacreditarla, en determinados casos se ha llegado a resultados espectaculares mediante la administración de dosis masivas de vitaminas. Esta clase de tratamiento se centra en el valor terapéutico de las vitaminas más que en su carácter nutritivo.
Este tipo de terapia, surge tras comprobar empíricamente que una pequeña dosis de vitaminas es capaz de curar determinadas enfermedades como el escorbuto o el beriberi. Partiendo de esta base, se puede deducir que cantidades mayores o combinaciones de distintas vitaminas deberían combatir eficazmente ciertos trastornos.
Esta terapia está muy extendida en Estados Unidos, aunque apenas se emplea en Europa. Conviene abordar el tema con cierta cautela, entre otras cosas porque resulta difícil separar los hechos de la ficción (las estadísticas no están oficialmente homologadas y se han realizado a pequeña escala).
Las primeras pruebas con megavitaminas tuvieron lugar en la década de los cincuenta. Dos médicos canadienses, los doctores Hoffer y Osmond, iniciaron sus experimentos con niacina para el tratamiento de la esquizofrenia. El premio Nobel Linus Pauling -famoso por su defensa de la importancia de la vitamina C- es otro partidario de esta terapia a base de megavitaminas.