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Recomendaciones dietéticas sobre la obesidad

En general el tratamiento dietético se basa en elaborar dietas que aporten menos calorías de las necesarias para mantener el peso o bien que tengan una composición alimentaria no equilibrada que favorezcan una mala utilización de las reservas energéticas que se aportan (por ejemplo, dietas sin hidratos de carbono).

Para la elaboración de cualquier dieta hay que tener presente que existen los llamados estándares dietéticos que han sido elaborados en el curso del presente siglo y que obedecen al interés por encontrar la forma de alimentación más correcta posible para el mantenimiento de la salud (Hollingsworth, 1984).

Para la obesidad existen tratamientos farmacológicos

Estándares que presuponen unos mínimos consumibles de proteínas

Sales minerales y vitaminas que vienen expresados en el Apéndice VIII y son largamente superados en la alimentación normal de un individuo de un país desarrollado.

Por ello apuntamos en otra tabla el consumo calórico medio en dichos países (véase Apéndice IX). Cuando no se pretende elaborar una dieta rígida, sino que se procura dar máxima libertad en la elección de los alimentos se acostumbra a proporcionar al paciente una lista o tabla de equivalencias dentro de cada grupo de nutrientes (vegetales, carnes y pescados, lácteos, harinas, etc.), tal como se muestra en el Apéndice X, de manera que los diferentes integrantes de un grupo determinado tengan el mismo valor calórico.

Las proteínas son muy importantes para la obesidad

Dieta mixta deficitaria en calorías

Una dieta que proporciona un aporte calórico inferior al mínimo necesario para mantener peso puede elaborarse de muy distintas maneras. Una forma sencilla es la disminución proporcional de los diversos componentes de una dieta habitual.

En este tipo de dieta se conservan las proporciones «deseables» de hidratos de carbono, proteínas y grasas, garantizándose además el correcto aporte de minerales y vitaminas. Esta disminución puede hacerse de forma aproximada, recomendando al paciente que coma la mitad de lo que comía habitualmente, o de forma calculada, estudiando las calorías que nos interesa que ingiera el paciente y calculando las proporciones de cada tipo de nutrientes.

Este tipo de dietas suelen aportar el 50 % de calorías en forma de hidratos de carbono, el 20 % en forma de grasas y el 30 % en forma de proteínas.

Por ejemplo, en una dieta de l.(KK) calorías, será necesario distribuir el contenido de los alimentos de la siguiente forma: — 125 g de hidratos de carbono; — 22 g de grasas; — 75 g de proteínas; teniendo en cuenta que los hidratos de carbono y las proteínas proporcionen 4 calorías por gramo y las grasas 9 calorías por gramo.

Sin embargo la proporción de nutrientes en una dieta habitual suele ser distinta de la que acabamos de describir, ya que las grasas representan aproximadamente el 40% del aporte calórico. Por tanto, las dietas mixtas hipocalóricas son de hecho restringidas en grasas.

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