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Propiedades y beneficios del Eucalipto y la Eufrasia

Propiedades y beneficios la Eucalipto y la Eufrasia

Propiedades y beneficios del Eucalipto y la Eufrasia

Propiedades del Eucalipto

Esta planta, que citamos entre las hierbas y plantas herbáceas, puede alcanzar hasta 100 metros de altura. Por supuesto, no es una hierba propiamente dicha. El eucalipto procede de Australia; en Europa, que lo importó, puede alcanzar una altura de 50 metros.

Si nos interesamos aquí por el eucalipto es para rendir homenaje a su corteza, que contiene sustancias tánicas que llegan a un 4 % de tanino. A sus hojas, utilizadas en medicina como antiséptico y anticatarral, y por muchas cosas más. También habéis encontrado este eucalipto en la fitoterapia.

El eucalipto es una planta curiosa. Como es sabido, es conocido ante todo por el excelente aceite que se extrae de su linfa. Pero puede enorgullecerse también de propiedades más singulares. Por ejemplo, la de poder proteger sus propias hojas del calor excesivo del sol, orientándolas a su antojo para no ser alcanzadas de lleno por sus rayos.

Por añadidura, el eucalipto «absorbe» los ruidos. Cuando dos personas se encuentran en un bosque de eucaliptos a una distancia de apenas diez metros, no puede ya oírse, incluso gritando muy fuerte. Esta propiedad de absorber las ondas sonoras le viene de su tronco, que, a diferencia de los de las otras plantas en general, no es duro ni seco, sino antes bien blando.

¿Lo sabíais?

¿Sabíais que las emanaciones de esencia de eucalipto en los gallineros limpian las plumas de parásitos, sin hacer el menor daño a los polluelos?

Propiedades y beneficios la Eucalipto y la Eufrasia

La encantadora Eufrasia

Es una planta encantadora, de preciosas hojas, de varios centímetros de altura, con flores blancas a estrías violetas o amarillas. Vive en las laderas de las colinas, donde florece de mayo a octubre en los terrenos arcillosos. Es llamada también «hierba de los miopes».

Por consiguiente, encantadora y dotada de sentimientos humanitarios, pero también parásita. La Eufrasia, como la cuscuta y el muérdago —como después veremos—, es una planta explotadora.Vive robando. Veamos cómo. Las semillas de la Eufrasia se dispersan al viento. Al volver a caer a tierra, germinan, pero después sus días estarían contados si…, pero no adelantemos los acontecimientos.

Ocurre que las semillas germinan, y brota de sus raíces un tallo y hojas: en todo esto parecen, a primera vista, irreprochables; sin embargo, no hay que fiarse de las apariencias.

Las raíces de la Eufrasia se aferran a las de otras plantas, de donde extraen su alimento por medio de pequeños órganos de succión en forma de nudos que se adhieren a los tejidos de la víctima.

Cuando la planta de Eufrasia llega a su fructificación ya ha matado a la presa que le ha dado la vida. Es posible que las plantas tengan también su justicia. La Eufrasia que ha matado no sobrevivirá largo tiempo.

Después de haber dispersado sus semillas, la explotadora está condenada. Morirá a su vez. En un rapto de inspiración, un botánico ha escrito: «Muere como si los remordimientos de su vida perversa le resultasen insoportables.»

¿Lo sabíais?

¿Sabíais que fueron los árabes los primeros en divulgar sus grandes propiedades terapéuticas, tonificantes, astringentes, oftálmicas?

La Eufrasia, como ya hemos dicho, es llamada también «hierba de los miopes». Lo que seguramente no sabréis es que un gran médico obtuvo merced a esta planta que mejorase la vista de un paciente, cuando todos los demás tratamientos se habían mostrado ineficaces