En las próximas líneas vamos a intentar poner de manifiesto la importancia de la obesidad como problema de salud, ateniéndonos a las cifras existentes de su incidencia en la población en general, de su prevalencia por las variables socioeconómicas anteriormente mencionadas, así como algunos datos relativos a la mortalidad asociada al sobrepeso.
Asimismo, llamaremos la atención sobre la incidencia económica de este trastorno que analizaremos en función de los gastos que implica tanto su prevención, diagnóstico y tratamiento como la utilización de recursos asistenciales, así como los costes de infortunio personal que suponen para el individuo que ya ha adquirido el estatus de obeso.
Prevalencia de la obesidad
La diversidad de criterios utilizados para definir la obesidad hace difícil realizar una estimación precisa de la prevalencia de ésta en la población general. Sin embargo, los distintos estudios epidemiológicos realizados, fundamentalmente en países anglosajones, señalan que aproximadamente del 30 % al 50 % de la población general es obesa, porcentaje que sigue incrementándose sobre todo en los países desarrollados.
Así, por ejemplo, Jeffrey (1976) pone de manifiesto que la obesidad es un problema de salud en los Estados Unidos, así como en otros países, estimando que existen aproximadamente 70 millones de estadounidenses con exceso de peso. En otros países occidentales, casi una de cada tres personas es obesa; además, alrededor del 25 % de los niños estadounidenses presentan sobrepeso, y cerca del 80 % de ellos se convertirán en adultos obesos (Collipp, 1975; Mauro y Feins, 1977).
En un estudio bien documentado realizado por el National Center for Health Statistics (Abraham y Johnson, 1979) se indicaba que entre las mujeres estadounidenses de 20 a 74 años, el 13 % eran obesas, mientras que entre los hombres de la misma edad, el 18% tenían exceso de peso y el 14% eran obesos.
En los estudios epidemiológicos en los que se ha utilizado el exceso de peso como único criterio se estima que del 25 % al 45 % de todos los estadounidenses adultos exceden por lo menos en un 20% su peso ideal (Rodin, 1977). Siguiendo este mismo criterio, Howard (1975) encuentra que más del 33 % de los estadounidenses de edad media tienen más de un 20% de sobrepeso.
Otro estudio realizado en 1979 sobre nutrición y salud, por Bray
Se definió obesidad como el 20 % o más sobre el peso ideal (Bray, 1979). De acuerdo con este estudio, aproximadamente el 21 % de la población estadounidense entre 25 y 74 años era obesa, siendo la prevalencia del 27,8 % entre las mujeres y del 15 % entre los hombres.
Como hemos señalado anteriormente, Stunkard (1984) clasificó la obesidad en tres categorías: 1) leve, que corresponde del 20% al 40% de sobrepeso; 2) moderada que va del 41 al 100% de sobrepeso; y 3) severa, cuando el sobrepeso excede el 100%. Según los criterios de Stunkard (1984), el 35% de la población general puede considerarse obesa, indicando que un 90,5 % de mujeres entrarían en la categoría de leve, un 9 % en la categoría de moderada y el 0,5 % en la de severa o grave, no existiendo datos comparables para la población masculina.
Los estudios epidemiológicos realizados en nuestro país son desafortunadamente escasos. Sin embargo, al igual que en otros países occidentales, las condiciones de nutrición han mejorado en las últimas décadas, traduciéndose en un aumento de talla y peso medio, siendo asimismo probable que haya repercutido en el incremento de la prevalencia de la obesidad.
Los únicos datos estadísticos realizados en España que nosotros sepamos son los de Palacios y cois, (citados por Miranda, 1977; y Pato y Rodríguez, 1977), en los que se indica que la obesidad se presenta en un 20 a 30 % de los individuos, fundamentalmente mujeres a partir de los 35 años, y en 9,2 % en la infancia, así como los obtenidos recientemente por Alonso, Pámies, Segovia, Arnedo, Dénia y Ortí (1984) sobre una muestra de 842 escolares de la ciudad de Castellón de la Plana, de edades de 6 a 14 años.
Utilizando los índices de peso, altura, grosor del pliegue subcutáneo y masa corporal, encontraron que el 27,9 % de los escolares eran obesos. De los datos que acabamos de presentar se desprende que sin ninguna duda la obesidad es un problema grave, que se está incrementando sobre todo en los países más desarrollados y al cual, probablemente, no se le está prestando la atención que merece, a pesar de los riesgos que expondremos en detalle más adelante.
La obesidad es un trastorno que se puede producir en ambos sexos, aunque su prevalencia en uno y otro sexo varía con la edad, apareciendo tanto en la infancia como en la adolescencia y en la edad adulta. Asimismo, la obesidad parece estar asociada con la clase social, siendo su prevalencia mayor entre la clase baja que entre la media y alta.
Además, la obesidad parece tener un predominio mayor en algunos grupos étnicos y aumenta en relación inversa al cociente intelectual (CI). A pesar de las dificultades existentes para estimar la prevalencia de la obesidad según los distintos factores señalados, intentaremos mostrar los datos más relevantes.
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