Con el ánimo de verificar la hipótesis de Robbins y Fray, Ruderman (1983) ha diseñado una investigación en la que se examinaba la relación entre distintos niveles de activación emocional y la conducta de sobreingesta en sujetos de peso normal y obesos.
Los resultados mostraron que los obesos ingerían significativamente menos en la condición de ansiedad alta que en la de ansiedad baja, siendo su ingesta media en el nivel de relajación, aunque ésta no difería de forma significativa de la registrada cuando la ansiedad era baja.
Estos resultados se mostraron inconsistentes con la hipótesis psicosomática
Y solamente apoyaron parcialmente la hipótesis de Robbins y Fray, dado que no pudieron confirmar plenamente la relación curvilínea entre ansiedad y consumo de alimento.
A juzgar por lo que hemos expuesto hasta este momento, parece evidente que todavía queda un largo camino por recorrer para poder determinar claramente la relación entre activación emocional y sobreingesta.
Sin embargo, no cabe duda que de las investigaciones realizadas hasta el momento se pueden extraer algunas conclusiones:
1. La conducta de sobreingesta está inducida por estados emocionales de ansiedad y estrés, aunque no se puede demostrar claramente que dicha conducta actúe como un reductor de los estados emocionales.
2. Los términos ingesta emocional, reactivación emocional, estrés, ansiedad, son conceptos vagos y difíciles de definir, siendo necesario operativizarlos con criterios objetivos, sobre todo por las implicaciones terapéuticas que conllevan.
Con frecuencia, las investigaciones realizadas han prestado más atención a la conducta de ingesta que a las manipulaciones experimentales sobre los estados emocionales, produciendo en la mayoría de los casos estados emocionales radicalmente distintos y difícilmente comparables.
3. Parece necesario estudiar si la ingesta emocional se produce de diferente manera en función del porcentaje de sobrepeso que presenta un individuo.
Los obesos producen mayor número de respuestas de ingesta emocional
Que los estudiados de sujetos de peso normal, también se podría pensar que los obesos severos mostrarían mayor sobreingesta que los obesos moderados o ligeros.
Antes de finalizar este complejo apartado queremos recordar que la obesidad es el resultado del mantenimiento, durante un período largo de tiempo, de un desequilibrio energético positivo alcanzado por distintas causas fisiológicas, psicológicas, cognitivas, socioambientales y de aprendizaje, y que solamente un estudio global de estos distintos componentes nos permitirá un mejor conocimiento y abordaje del problema.
Así pues, el estudio del papel que juega la reactividad emocional en la conducta de sobreingesta únicamente debe analizarse desde la perspectiva amplia que acabamos de señalar.
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