Los zumos de frutas o jugos que normalmente conseguimos en los supermercados debemos aprender a comprarlos para evitar el consumo alto de calorías. De igual forma los vegetales deben ser frescos, a continuación te lo contamos
Zumos de fruta
No tienen grasa, pero ha de vigilarse su contenido en azúcar, algo bastante habitual en los zumos preparados. A menudo se hacen llamar “jugos de fruta”.
Cuando no son más que agua azucarada con el aroma de la fruta que se anuncia. Al leer la composición de la etiqueta se mirará que diga “100% jugo de fruta natural”, y que no contenga azúcar.
Vegetales y frutas
Este es el lugar del supermercado al cual hay que dedicar más tiempo. Cualquier vegetal, cuanto menos cocinado, alterado o procesado esté, más nutritivo y sano será.
Existen numerosas verduras que se comen crudas: col rallada, apio, zanahoria, lechuga, tomate, pepino, pimiento, berro, cebolla. Otras se pueden consumir poco hechas: judías verdes, espárragos, puerro, brécol, acelgas.
Tanto las verduras como las frutas del tiempo resultan más económicas y frescas que las que no son de la temporada. Incluso es posible que las congeladas resulten más frescas que algunas que se han envasado y llevan demasiados días en la bolsa de plástico.
Escoja la fruta rolliza que se vea jugosa y brillante, sin que sea demasiado verde. En cambio, rechace la que esté mermada de volumen o se vea arrugada.
Piense que todos los vegetales se han de lavar o pelar, con preferencia poco tiempo antes de consumirse o cocinarse.
Lea las etiquetas
Para discriminar correctamente los alimentos que más convienen es imprescindible leer la etiqueta de los mismos y entretenerse en observar su composición.
Al comparar varias marcas descubrirá cuáles son los más sanos. Cuando se conocen los mejores productos ya no es necesario realizar la selección cada vez que se va a la compra.
