Si tomáis 100 gramos de fresas y las hacéis analizar, descubriréis que contienen proteínas, grasas, azúcares, calcio, fósforo, hierro, vitamina A, vitamina Bi, vitamina B2, vitamina PP, vitamina C.
Moraleja: todos aquellos que sufren de dolores artríticos y reumáticos, deben confiar en las fresas a ojos cerrados; sin ningún género de duda, se verán libres de sus dolores. La fresa es bonita, buena, útil; pero hay que comerla con regularidad todos los días mientras dure la temporada, y todavía mejor por la mañana, en el desayuno.
Se puede consumir hasta una libra diaria
Un dietético incluso aconsejaba dedicar un día de cada semana a los frutos de esta planta herbácea, el «día de las fresas». Sin duda conocéis la receta de fresas más tradicional de todas. Ya sabéis luego de haberlas lavado bien y aderezado con vino rojo, puro, o con zumo de limón y azúcar, dejad que reposen una hora para que el vino o el limón puedan llevar a cabo su función esterilizadora.
Ahora, una receta especial de confitura de fresas. Necesitaréis 1 kilo de fresas, 750 gramos de azúcar y agua. Se toman las fresas, se limpian, se ponen en agua fría, se sacan con la espumadera y se dejan secar; se pone azúcar en una cacerola, humedeciéndola con un poco de agua y, removiéndola con una cuchara de madera, se funde a fuego suave; cuando el almíbar comience a hervir, se aparta el recipiente del fuego.
Acto seguido, se echan las fresas y se deja que se impregnen diez minutos; se retiran después con la espumadera y se depositan sobre un tamiz de crin. Se vuelve a poner el jarabe a calentar hasta que adquiera la consistencia de una confitura. Variante: echad nuevamente las fresas en el almíbar durante 5 minutos.
Guardad la confitura en botes de cristal muy limpios y bien secos, en pequeñas cantidades; para añadir más, esperad a que la primera parte haya empezado a cuajar. De esta manera, las fresas quedarán «atrapadas» en el jarabe sin remontar a la superficie. Cubrid los frascos cuando la confitura esté fría y conservadlos en un sitio fresco, aireado y bien seco.
La receta del jarabe de fresa
De un sabor realmente exquisito. Necesitaréis 2 kilos de fresas y azúcar en abundancia. Para no equivocarnos, vamos a confeccionarlo juntos. Empecemos por ir al jardín para escoger fresas maduras, sanas, perfumadas; luego las lavaremos en agua fría y, una vez escurridas, las aplastaremos con las manos en una cazuela grande, dejándolas en reposo un día entero.
A las veinticuatro horas, cogeremos un paño perfectamente limpio, empapado en agua fría, y colocaremos encima nuestras fresas; después, echaremos las fresas en una cacerola de porcelana, añadiremos azúcar, en la proporción de dos veces el peso del jugo obtenido, y dejaremos que cueza lentamente, removiendo sin cesar con una cuchara de madera.
Transcurridos unos 10 minutos, retiraremos el cacharro del fuego, dejaremos enfriar el contenido y seguidamente lo verteremos en botellas bien limpias y secas, herméticamente cerradas, para lo cual las sellaremos con parafina. Y ya no nos resta sino conservar las botellas en un lugar fresco, seco y oscuro.
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