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Alimentación saludable en la tuberculosis

frutas saludables

Dicen los doctores Gibert y Carnot que la cura de régimen forma, con la cura de aire, la base de la terapéutica de los tu­berculosos, aparte de ciertas indicaciones particulares. La forma coterapia está completamente relegada a segundo grado.
Es que si la tuberculosis no es como la gota y la diabetes, la consecuencia directa de los errores alimenticios es, sin embargo, el resultado lejano.

La alimentación insuficiente o viciada prepara un estado de decadencia, sobre el cual se injerta y evoluciona la tuberculosis. En una encuesta sobre la alimentación de un centenar de obreros parisinos, hecha por M. Landonzy y M. Henry Lable, decían. “Hemos comprobado en estos obreros que asisten al hospital, por tuberculosis, que son generalmente por insuficiencia irracional y malsana de las comidas. Estos organismos empobrecidos no re­sisten el bacilo.”

A la inversa, la experiencia ha demostrado bien que una ali­mentación sana, sustancial y reconstituyente, da fuerza a los tu­berculosos enflaquecidos y anémicos y les permite luchar contra la enfermedad. Sobre este principio todo el mundo está de acuerdo. Una ali­mentación adecuada a cada enfermo es lo más exacto, pues una so­brealimentación agrava los síntomas respiratorios, dando presiones congestivas del asma de las hemoptisis.

En un futuro más lejano es responsable de los trastornos de la nutrición, tales como la “lithiase” biliar, la obesidad, la gota y la diabetes. Estos hechos demuestran que la sobrealimentación es peligrosa.

Estudiaré cada caso y en cada uno diagnosticaré su alimenta­ción precisa, sin olvidarme del contacto del doctor con el enfermo.
No olvidemos que este libro puede precisarlo lo mismo el obre­ro que el multimillonario: para ambos tiene distintas y variadas especialidades.

Alimentos y horarios de comidas

El tuberculoso debe hacer de cuatro a cinco comidas al día. Debe comer lentamente, masticar con cuidado y hacer reposo después de las comidas para que la alimentación se soporte mejor.

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Primera comida (desayuno)

Se tomará en la cama temprano, sobre las siete de la mañana, y será a base de una gran taza de leche, chocolate o de café con leche, pan, mantequilla, miel y mermeladas. La leche de vaca se puede tomar cocida o cruda. Algunos es­tómagos no soportan más que la leche cocida. La leche cruda, cuando proviene de vacas sanas, en general es superior a la leche cocida porque contiene los fermentos que ayudan a la digestión.

La leche se puede tomar fría o caliente y azucarada, pura o aro matizada con algunas gotas de coñac, de curasao o de ron. Citándo­la leche de vaca no se puede soportar se toma leche de yegua o burra, más ligeras; se puede también reemplazar la leche por Kéfir o yogur.

La leche no es imprescindible. A los que no les gusta pueden reemplazar este alimento por dos huevos pasados por agua, con pan y mantequilla, y una taza de té, o también por algunas lon­chas de carne en fiambre, vaca asada, rosbif, jamón, asado de cerdo fresco, jamón serrano, acompañado de café con leche o te, algo de miel o mermelada.

Segunda comida

A las diez de la mañana se sirve uno o dos huevos crudos, que para los que les resulten desagradable se baten con un [toco de nata o jugo de naranja o se les sirve pasado por agua un minuto. Si el enfermo no soporta la clara, se separa la yema de la clara sin destruir su membrana de envoltura y se les rocía un poco de jugo de limón. Las yemas se pueden batir en frío con un poco de agua azucarada, añadiendo ron o coñac o una cucharada de champaña, y también batidas con el agua caliente, no demasiado que pueda coagular las yemas.

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Tercera comida

A las doce del día se pueden servir de cinco a siete platos. Veamos:

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Almuerzo

  • Entremeses variados.
  • Huevos fritos con patatas fritas.
  • Langosta bella vista, salsa mayonesa.
  • Pollo tomatero.
  • Mantecado de canela.
  • Plum-cake.
  • Frutas.

Nota.—El plato de pescado puede ser sustituido por frito variado* y el de pollo por ternera asada, rosbif o bistec.

Menú

Almuerzo

  • Huevos fritos con tomate.
  • Filetes de lenguado, rebozados.
  • Pollo reina a la parrilla.
  • Patatas paja.
  • Frutas.

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Almuerzo

  • Tortilla a la española.
  • Lubina cocida, salsa mayonesa.
  • Carnero asado a la bretona.
  • Bizcocho helado «praline”.
  • Frutas.

Menú

Almuerzo

  • Entremeses variados.
  • Huevos fritos con patatas paja.
  • Langosta a la parisién.
  • Pollo con arroz, salsa suprema.
  • Bizcocho helado de chocolate.
  • Plum-cake.
  • Frutas.

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Almuerzo

  • Raviolis Italiana.
  • Supremas de merluza rebozadas.
  • Ternera fina en su jugo.
  • Patatas Caufrettes.
  • Flan al caramelo.
  • Frutas.

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Menú

Almuerzo

  • Huevos revueltos con espárragos.
  • Medallones de merluza, fritos al limón. Chuletas de ternera a la parrilla. Patatas fritas.
  • Pastel de Reina.
  • Frutas.

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Almuerzo

  • Sopa de fideos.
  • Cocido a la española.
  • Lubinas salsa mayonesa.
  • Ragut de cordero con patatas.
  • Tarta Mármol de Italia.
  • Frutas.

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Almuerzo

  • Macarrones a la italiana.
  • Merluza frita al limón.
  • Cordero lechal asado.
  • Patatas panadera.
  • Arroz a la Emperatriz.
  • Frutas.

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Almuerzo

  • Huevos a la Casera.
  • Arroz con almejas.
  • Chuletas de ternera empanadas.
  • Patatas Gaufrettes.
  • Relámpagos al café.
  • Fruías.

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Almuerzo

  • Espaghetis a la Napolitana.
  • Merluza casera.
  • Histec a la parrilla.
  • Patatas Gaufrettes.
  • Pastelería Soireé.
  • Frutas.

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Menú

Almuerzo

  • Huevos fritos a la Moderna.
  • Calamares en su tinta.
  • Pollo salteado Cazadora.
  • Helado de café blanco con merengues.
  • Frutas.

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Almuerzo

  • Huevos fritos con arroz.
  • Filetes de lenguado rebozados.
  • Pollo en cocotte Primorosa.
  • Helado de piña.
  • Mantecadas de Astorga.
  • Frutas.

Nota.—Muchas de estas especialidades las encontrará en el libro Nuestra Cocina.

Los entremeses tienen por objeto excitar el apetito del enfer­mo y hacerle comer mucho pan y mantequilla. Se debe variar la procedencia y la clase de pan para excitar el gusto; la mantequilla será ligeramente salada y cruda; la mantequilla derretida es in­digesta.

Los entremeses serán lo más variado que se puedan : conser­vas de sardinas en aceite, bonito o atún, caballa, truchas ahumadas y otras, que hacen tomar bastante cantidad de aceite; caviar, sal­món, anchoas, arenques v diversos pescados ahumados, ensalada de morro de buey, ensaladilla de patata, y legumbres, pepino, tomate, apio, aceitunas diversas, remolacha, alcachofa, setas, os­tras, mejillones, almejas. (Ved libro Tapas y Aperitivos y folleto Entremeses de Sarrau.)

El plato de pescado puede ser pescados blancos, rojos y azu­les, y los crustáceos. (Ved folleto Pescados de Sarrau). El pesca­do, alimento que contiene mucho fósforo, puede reemplazar a la carne. Se puede servir cocido o, con preferencia, asado. Los pes­cados de mar y los crustáceos están particularmente recomendados por su contenido en sales y en fósforo; los mariscos de concha y los arenques, por el yodo. I-a lechecilla de los peces es un ali­mento excelente a causa de su riqueza en fósforo.

El plato de carne consistirá en carnes a la parrilla y asadas. (\ ed folleto Carnes a la parrilla y asadas de Sarrau). De carne de vaca, ternera, cordero y de aves, dejando a un lado las salsas; fuertemente condimentadas.

El plato de legumbres será con preferencia de legumbres secas, —judías, lentejas, guisantes—, bien preparadas, tiernas y agra­dables al gusto, lo que no es siempre fácil de obtener; se vigilará esto mucho, puesto que las legumbres secas representan la mayor y la más rica de las alimentaciones albuminosas e hidrocarbonadas;

Para lograrlo es preciso dejarlas bastante tiempo en agua fría para que se hinchen y hacerlas luego cocer moderadamente, procuran­do que el caldo que suelten lo absorba la cocción y no se tire, ya que contienen fosfatos y otros principios salinos muy impor­tantes para el organismo.

Estas legumbres secas pueden reemplazarse por arroz cocido, por patatas en diversas formas, nabos, zanahorias y verduras; pero- hay que recordar que estas últimas nutren mucho menos, y que lo principal de su valor alimenticio proviene de que absorben mu­cha grasa y la disimula.