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Obesidad en las mujeres

La obesidad en las mujeres, fruto de hábitos alimenticios erróneo durante la niñez y pubertad, se convierte en algo más grave conforme van convirtiéndose en adultas.

Ya más cargadas de grasas desde el nacimiento, y muchísimo más desde que alcanzan la madurez sexual, el dilema del control de peso se convierte entre las mujeres en un asunto prácticamente universal.

obesidad en las mujeres

La obesidad en las mujeres y su evolución en nuestra época

Además, su papel social consistente en comprar, preparar, sazonar y servir miles y miles de comidas a lo largo de su vida adulta las predispone de un modo muy especial a llegar a su madurez con un progresivo aumento de peso.

Por otra parte, la reciente proliferación de artículos hogareños “que ahorran trabajo al ama de casa” también funciona como una desventaja más contra la que luchar. En 1929, el ama de casa media trabajaba alrededor de cincuenta y una horas semanales para efectuar las tareas domésticas.

En la actualidad, las realiza en setenta y siete horas, pero su gasto real de energía es mucho menor. Ahora no tiene criadas que le ayuden, como era usual en tiempos de su madre y de su abuela, pero dispone de toda una serie de electrodomésticos que le facilitan la labor, desde hornos que se limpian solos, frigoríficos con descongelación automática y combinaciones de lavadora y secadora de la colada, hasta limpiasuelos que en una sola operación lavan, desinfectan y enceran.

Las grasas que antes quemaba barriendo, fregando, batiendo la ropa, amasando pan, cuidando el jardín y tendiendo la colada, las almacena ahora en su cuerpo, sin hacerlas servir.

Todo ello significa que la alimentación no es la adecuada, que sumada a la falta de actividad física propia de los tiempos sedentarios en los que vivimos no ayudan en absoluto a que las mujeres mantengan una silueta adecuada a los cánones de belleza instaurados actualmente en nuestra sociedad.

Por ello, no hay que escatimar en esfuerzos y poner todo nuestro empeño en mantener una alimentación sana y variada, que combinándola con una rutina frecuente de ejercicios físicos mejore no solo nuestra figura, si no también nuestra salud.