Muchas personas se agobian ante una dieta para perder peso porque se imaginan días o semanas espartanas y llenas de privaciones, durante los que han de renunciar a todos los placeres de la mesa. Comer bien significa para ellos: carne.
Los científicos han descubierto que el consumo diario de carne a lo largo de muchos años reduce notablemente la sensibilidad gustativa hacia otros alimentos. Lo que cuenta es únicamente el sabor de la carne, pero que en realidad no es nada más que el típico sabor de grasa y sal.
Muchos creen que la carne es el único alimento que realmente da fuerzas porque proporciona componentes sólidos que hay que masticar con vigor. Esto es un gran error.
Las verduras, incluso si están cocidas muy blandas, tienen componentes que son mucho más sólidos que los de la carne. Las verduras, ya se trate de colinabos, tomates, coles o topinambur, contienen muchas fibras y materiales de soporte.
Estos materiales son tan firmes que incluso las enzimas gastrointestinales no los pueden digerir.
La verdura es un fundamento destacado para una dieta de adelgazamiento. Contiene combinadas proteínas de alto valor, hidratos de carbono complejos con un gran porcentaje de fibra, la totalidad de las vitaminas (salvo la B12, que sólo está presente en los alimentos de origen animal) y minerales.
Además, existe una enorme variedad de verduras y hortalizas que pueden consumirse crudas, cocidas, rehogadas o de otras formas (por ejemplo, en estofado o fritas).
Dieta de verduras
Quien quiera adelgazar rápidamente con esta dieta de las verduras deberá limitar sus aportes energéticos diarios a 1.000 calorías, ayudándose de una tabla. Quien se decida por una dieta de verdura a medio plazo o de más larga duración, puede permitirse 1.500 calorías cada día.
Las verduras se digieren con rapidez y la fibra que contienen contribuye de manera adicional a esa digestión. El resultado es que, por un lado, se elimina el posible estreñimiento, y por el otro lado, se inhibe la absorción de las grasas a través de las mucosas intestinales.
Con un régimen de verduras hipocalórico el cuerpo libera sus depósitos de grasa de las caderas, el vientre y los muslos para mantener el aprovisionamiento energético. En la dieta de 1.000 calorías se pueden perder hasta seis kilos en el curso de dos semanas.
Componentes de la dieta
En el programa de recetas están la totalidad de las verduras y hortalizas tales como guisantes, zanahorias, remolacha, apio, espárragos, tomates, espinacas, col rizada, puerros, salsifí, cebolla, brécol, coliflor, lombarda, etc.
Sin embargo, se permiten y recomiendan también las setas, así como los pepinos, los calabacines, la calabaza o las berenjenas. La soja no ha de faltar, pues contiene la totalidad de los aminoácidos, así como tampoco las patatas, que complementan y sacian, (aunque en ese te caso, te recomendamos mejor la dieta de las manzanas o la dieta de la piña.) Las ensaladas redondean el menú con el que crear estupendas recetas de verduras para dietas.
Una parte de las verduras deberá consumirse en crudo porque de esta manera se conservan las vitaminas. Se utilizarán productos frescos, que se cortarán, pelarán y prepararán inmediatamente antes de cocinarlos.
El caldo de la cocción no debe tirarse pues por lo general es muy rico en minerales y podremos prepara una estupenda sopa de verduras para la dieta. Esta sopa, en frío y sazonada, es adecuada como caldo. A ser posible se cocinará sin grasa y las ensaladas se aderezarán con aceite vegetal.
¿Qué se puede comer?
- Calorías: 1.000 diarias.
- Proporción de nutrientes: 65% hidratos de carbono, 25-30% proteínas, 510% grasas.
- Desayuno: Café o té sin azúcar. Plato pequeño de hortalizas crudas, eventualmente con un huevo duro.
- Comida: Plato de verduras mixto; rebozuelos con patatas; sopa juliana.
- Cena: Fuente grande de hortalizas crudas; ensalada de maíz; champiñones picantes.
- Bebidas: Zumo de tomate, zumos de verduras.
Ventajas de la dieta de las verduras
Las verduras se pueden preparar de manera muy gustosa y de los más diversos modos, e incluso el acérrimo comedor de carne acaba por darse cuenta de las extraordinarias posibilidades de su sabor.
Facilitan una digestión natural. Si se comienza con un régimen de sólo 1.000 calorías diarias, con la dieta de verduras se puede ir elevando poco a poco la ración calórica, de modo que se la puede mantener también a largo plazo, durante unas cuatro o seis semanas.
Desventajas y efectos secundarios
Debido a la probable falta de costumbre de ingerir fibra, en los primeros días pueden producirse flatulencias. Quien lo quiera evitar, tendrá que prescindir al principio de la col o de las legumbres flatulentas.
Con una dieta de verduras a largo plazo de sólo 1.000 calorías diarias puede producirse un descenso de la presión arterial y, con ello, los denominados trastornos ortostáticos, como por ejemplo mareos y estados de debilidad.
Resumen de la dieta de verduras
La dieta de verduras puede hacer que el típico consumidor de carne vuelva a percibir la riqueza organoléptica de las distintas especies de verduras. Muchos prescindirán después de la carne.
Además de hidratos de carbono y fibra, las verduras proporcionan abundantes proteínas y la totalidad de los minerales y las vitaminas necesarias para la vida. Buen motivo, pues, para adelgazar con ellas y permanecer así.