Las dietas o curas de frutas se llevan a cabo de muchas maneras, según los gustos y las posibilidades personales. La cura puede ser a base de una sola fruta o con una variedad de ellas, y durante un día o diversos días.
Además de las frutas, se bebe el agua que se quiere, aunque muchas frutas contienen hasta un 85% de agua, de forma que se tiene menos necesidad de beber.
Propiedades desintoxicantes de las frutas
Las frutas son ricas en fibra, hidratos de carbono, minerales, vitaminas (excepto la B12) y ciertas proteínas. En algunas, como el aguacate, incluso se encuentran ácidos grasos insaturados. La dieta cuenta con un 80% de hidratos de carbono, un 15% de proteínas y un 5% de grasas.
Por tanto, es deficitaria en proteínas y grasas, por lo que no se recomienda para personas con estrés o debilidad. Una persona sana que decida seguir la dieta por su cuenta no debe prolongarla más de tres días.
Una dieta a base de diversas frutas durante tres días constituye una cura de desintoxicación ideal: las frutas son vivificantes y refrescantes, eliminan las obstrucciones intestinales y facilitan el tránsito digestivo. A la vez, la dieta sirve de cura de adelgazamiento, aunque no sea ésta su principal función.
Las frutas proveen de glucosa a la sangre, pero como el aporte calórico es bajo, se movilizan las reservas adiposas del vientre, caderas y muslos. La fructosa, azúcar muy abundante en las frutas tropicales, se absorbe rápidamente en el intestino, lo que eleva los niveles de glucosa en la sangre con gran rapidez.
Funcionamiento en el organismo
Como las frutas se digieren con facilidad, la cura proporciona descanso al estómago y al intestino. La dieta a base de frutas está especialmente indicada para quienes padecen estreñimiento o tienen altos niveles de colesterol en la sangre.
Este tipo de dietas benefician el aparato digestivo porque alcalinizan el sistema. La sobrealimentación proteica a la que normalmente se está acostumbrado conlleva unos niveles de acidez más altos de lo aconsejable. Los productos refinados, las grasas, los dulces y las mezclas de alimentos complejos disminuyen el índice de alcalinidad de forma fácil.
Tipos de frutas
Algunas frutas recomendables para incluir en la dieta son la chirimoya, la papaya, la guayaba, el kiwi, los lichis, el mango, la granada, el plátano y todos los cítricos. Conviene incluir el plátano en la dieta, puesto que posee una gran proporción de hidratos de carbono: la energía de cinco plátanos equivale a la de una pastilla de chocolate con leche.
Con la variedad de frutas autóctonas y tropicales que hoy día se encuentran en el mercado se realizan ensaladas muy vistosas y originales, compota, frutas horneadas (sin añadir azúcar) o zumos. La variedad de sabores, olores, colores y consistencias hace que la dieta sea suficientemente variada y no se tenga apetito, ya que es posible comer la cantidad de fruta que se quiera.
Para quienes se quedan con hambre, siempre puede recurrirse a algunos frutos secos, como los dátiles, las ciruelas y los orejones, que aportan muchas proteínas, hidratos de carbono y fibra.
Existen dietas en las que solamente se toma un tipo de fruta, como por ejemplo la dieta de manzana, que se sigue durante tres días. Cada día se come una docena de manzanas, lo que no conlleva más de 1.000 kcal diarias.
También existe la cura de uva, bastante dura de llevar porque se prolonga durante dos semanas gracias al potencial de azúcar de esta fruta. Otra opción es la cura de pina, especialmente adecuada para los más obesos: la proteasa de la piña activa el sistema inmunitario y contrarresta el envejecimiento.
[amazon_link asins=’B07BFB9PN3,B01DMCO2J2,B01GAD2IAA,B0776TYTFS,B00JDAZIM8,B0738MCQ8D,B01GACZET8,B07F43S6PP’ template=’ProductCarousel’ store=’comoperderpeso-21′ marketplace=’ES’ link_id=’f92b99cf-89da-11e8-aa99-e9f474049175′]