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Dieta Adecuada para los Adolescentes y Ancianos

El adolescente, por encontrarse en un período de crecimiento, tiene unas necesidades alimenticias especiales. Precisa una dieta rica en proteínas, sales minerales y vitaminas.

Las proteínas deben ser de origen animal, con el fin de que posean un alto valor biológico (carnes, huevos, leche); las grasas las tomarán en forma de aceite de oliva y mantequilla, tan necesarios para el crecimiento y porque sirven de vehículo en la absorción de las vitaminas liposolubles; los hidratos de carbono (legumbres, harina, pan, azúcar) no se deben dar en forma exagerada, porque les hace engordar demasiado.

Dieta Adecuada para los Adolescentes y Ancianos

Además, el abuso de dulces y caramelos (son indigestos) les disminuye el apetito y les hace ser hipercinéticos.

También es importante el consumo de frutas y verduras, ya que aportan abundantes sales minerales y vitaminas.

Las verduras se administrarán cocidas, pero, teniendo en cuenta que el agua de cocción es rica en minerales y vitaminas, no prescindiendo de ella y tomarla en caldos.

La leche tiene gran importancia en la alimentación del adolescente. Se puede tomar sola o mezclada con cacao. Es preferible reducir la ingestión de agua para así estimular la costumbre de beber leche.

anciano

La alimentación de los mayores

Los requerimientos calóricos del anciano son menores que en el hombre joven o maduro. Los menús estarán preparados de forma sencilla, sin abuso de condimentos, de manera que sean fáciles de digerir y procurando que sean atractivos, distribuidos en tres comidas e integrados por: sopas, consomés, cremas, verduras, harinas, arroz, purés de legumbres, pescados blancos, carnes magras, huevos en formas blandas, quesos frescos, leche descremada, yogur desnatado, frutas.

No abusar de la sal.

alcohol

Las bebidas Alcohólicas:

Y es que el alcohol no es un alimento, al contrario, es un problema para el equilibrio alimentario que perjudica la absorción y el metabolismo de los nutrientes (malabsorción de aminoácidos), lo que se traduce en déficit de vitaminas (B, C, A, E, etc.). En el cerebro, el alcohol disminuye la actividad del ARN mensajero y transmisor.

El alcohol es a menudo anoréxico; como consecuencia el alcohólico recibe menos aportes alimenticios, en particular proteínas. Los transportes digestivos que esto conlleva siempre (vómitos, ardores de estómago, diarreas, etc.) agravan el rechazo alimentario. Asimismo, produce alteraciones en el metabolismo de los lípidos, lo que se traduce en un aumento del colesterol y de los triglicéridos.

Existe la creencia de que el alcohol da sensación de potencia, el individuo se siente bien porque pierde parte de su nivel de consciencia, se sobreestima, se encuentra eufórico, se desinhibe mientras que sus facultades disminuyen.

beber

Según estadísticas de la Dirección General de Tráfico; el 80 por ciento de los accidentes de tráfico durante los fines de semana se debe a la conducción temeraria bajo los efectos euforizantes del alcohol.

Existe la creencia, sobre todo en profesionales de gran actividad muscular; de que el alcohol ayuda a entrar en calor y nos da más fuerzas; por eso, es frecuente observar en cafeterías (sobre todo en invierno); cómo el desayuno se acompaña de una copita de orujo, coñac, etc. (matar el gusanillo).

Hay que decir que las calorías que libera el alcohol no sirven para el trabajo muscular (aunque hay que tenerlas en cuenta en la ración energética), ni tampoco aumenta la temperatura, más bien tiene el efecto contrario (ya que produce una vasodilatación).

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