Saltar al contenido

Cuatro trucos para comer menos

A continuación mostramos cuatros consejos práticos con los que comer menos consiguiendo una sensación de estómago lleno.

Cuatro trucos para comer menos

Cuatro trucos para comer menos:

Coma en un plato pequeño, beba en un vaso pequeño.

Las raciones escasas lo parecen todavía más si se disponen totalmente solas en un plato grande; mucho menos escasas resultan en un platillo de menor tamaño, donde la percepción visual de la amplitud las registra con una sensación psicológica de suficiente cantidad. Algunas verduras de más, como un par de hojas de perejil, una hoja de lechuga o una cucharada adicional de remolacha ayudan también a rellenar un plato, así como unas rodajas de limón o unos pedazos de tomate.

Mastique cada bocado cuidadosamente; no engulla la comida.

De lo que se trata aquí no es de mejorar la masticación, aunque ningún mal hay en ello, sino de apreciar de modo más completo lo que se está comiendo. El centro de la saciedad del cerebro actúa con cierto retraso respecto al acto de ingerir los alimentos, de modo que el glucostato cerebral tarda casi una hora en recoger el impacto de una comida y en aplacar el centro de la sensación de hambre instalado en el hipotálamo. Pocos pasamos una hora comiendo, y como resultado nuestra absorción total de comida excede en muchas ocasiones el hambre verdadera que pudiéramos haber tenido. Se puede intentar, por tanto, prolongar cada colación tanto como se pueda, al tiempo que se consume lo menos posible.

Deje deliberadamente el tenedor en el plato después de cada bocado.

Es ésta otra manera de lograr el objeivo al que nos referíamos antes —hacer más lentas las comidas— y se basa en las mismas razones. Una mujer nos explicó que había logrado grandes resultados al cambiar los utensilios normales por unos palillos, método que se demostró eficaz hasta que fue mejorando la técnica de comer con ellos y llegó a aproximarse a la rapidez de ingestión que antes llevaba con el tenedor.

Llegue el último a la mesa y levántese el primero.

Si todo lo demás no le da resultado, quizá le sea eficaz dar a los demás miembros de la familia unos cuantos minutos de ventaja para que consuman sus platos. Muchos sujetos que comen demasiado lo hacen porque engullen con demasiada rapidez, de modo que terminan antes que los demás y luego los acompañan sirviéndose una ración adicional, mientras los otros todavía comen ración normal. Llegar a la mesa tarde le hará terminar al mismo tiempo que ellos, y al levantarse inmediatamente permitirá que lo que acaba de comer cause su efecto en el organismo.