En el sentido estrictamente médico, anémico es toda persona que tiene un número de glóbulos rojos inferior a 4,5 millones por milímetro cúbico de sangre, si es hombre, y a 4 millones, si es mujer. Existen diversas formas de anemias. Aquí nos limitaremos a señalar los principales síntomas: palidez de la piel, sensación de fatiga y de frío, agotamiento después de esfuerzos físicos incluso leves.
Fitoterapia o remedio natural
Se aconseja el vino de verbena, preparado de la manera siguiente: 100 gramos de raíz de la citada planta en un litro de vino tinto, se ponen en infusión durante 24 horas, agregando algunas gotas de naranja amarga; luego se filtra todo muy cuidadosamente.
Asimismo pueden aconsejarse las hojas de berro. Es decir, simplemente 100 a 200 gramos de berro en ensalada, por día, o incluso jugo de berro, que se obtiene tras haber machacado la planta en un mortero. ¿En que proporciones? Entre 60 y 120 gramos por día. ¿De qué manera? En caldo frío. Dosis: beber aproximadamente 100 gramos diarios.
Los especialistas en fitoterapia han preparado para aquellos que sufren de anemia dos tipos de vinos medicinales: el primero a base de flores de centauras secas. Hacer una infusión con, aproximadamente, 60 gramos de centauras en un litro de vino blanco seco durante tres días. Agitar de tanto en tanto el recipiente. Antes de filtrar el vino, dejarlo reposar durante 24 horas, luego verterlo en una botella y esperar aún varios días más. Entonces estará listo para ser consumido en vasos pequeños.
Posología
Un vaso pequeño antes de las comidas más importantes, como aperitivo, tónico y reconstituyente. Digamos que los antiguos aconsejaban ese vino no sólo a las personas clínicamente anémicas, sino también a las jóvenes que tenían «la tez pálida».
El segundo vino medicinal es a base de semilla de hinojo. Tomar 150 gramos de semillas de hinojo, ponerlas en un litro de vino blanco de Marsala y dejarlas macerar durante unos 15 días. Filtrar. Beber un vaso pequeño antes de las comidas.