¿A cuántas fiestas nos vemos obligados a asistir a lo largo del año? Depende de la actividad social, ya lo sé, pero de una u otra forma, entre estrenos, presentaciones, bodas y bautizos y comidas o cenas de negocios, cualquier profesional se ve involucrado en ágapes en los que todo atenta contra su peso.
Cuando estamos ante una mujer, difícilmente rechazamos la tentadora bandeja, no vaya ella a pensar que somos personas enfermizas, y las señoras, según me cuentan en la consulta, tampoco se sienten impelidas a la negación ante la insidiosa sonrisa del camarero.
Sin embargo, en nuestra actual sociedad, cuando la ecología y otras posturas sanitarias se van imponiendo poco a poco, como el antitabaquismo, no hay necesidad de justificarse, simplemente se hace un elegante signo de negación y el camarero se marcha, sin que hayamos de dar explicación alguna a nuestros interlocutores.
¿Qué hacer Cuando Asiste a una Fiesta?
Procure comer algo de su programa dietético antes de salir, lo que le dará la fuerza suficiente para negarse a la evidente tentación.
Deje pasar las bebidas dulces y alcohólicas. Beba zumo de frutas, agua mineral o soda con hielo y limón.
Rechace los canapés y opte por los quesos.
Si sólo hay sándwiches, acepte una tapa que tenga jamón o queso y evite como al diablo cualquier cosa, sea lo que sea, que incluya mayonesa.
No ingiera alcohol con el estómago vacío. Si tiene que tomar un whisky, agréguele bastante agua, hielo o soda. No permita que la alegría de una copita permita reconquistar a la obesidad el peso perdido, y ya sabe que después de la primera copa, pueden llegar otras, pues la primera inhibe la voluntad.
Cuando tienes que Comer en un Restaurante
Haga retirar el pan, grisines y mantequilla, y pida unas tapitas de queso mientras espera la comida.
Piense el menú adecuado a sus posibilidades, evitando mirar la carta.
Pida antes que sus compañeros de mesa para no dejarse llevar por las apetencias ajenas.
Cuando se está de Vacaciones
Es un error pensar que las vacaciones son también un descanso para la dieta o un respiro en la lucha contra la obesidad. No se le ocurra bajar la guardia durante las vacaciones, no se conceda ni un solo día, no vaya a caer en la terrible equivocación de dejar la dieta para el regreso pues retrocederá de forma lamentable.
Tenga siempre presente que vacaciones no es sinónimo de engordar.
Es fundamental no dejarse tentar por las bebidas de cola o tónicas. La sensación de frescura que producen al tomarlas, se traduce después en muchas calorías.
La bebida que más ayuda a quitar la sed es el agua. Las bebidas alcohólicas añaden una cuota innecesaria de calor y transpiración a nuestro organismo. Por tanto, recomiendo agua mineral sin gas, agua con limón, café helado, té helado e incluso el helado especial para diabéticos.