La mantequilla, tomada sin exageración y cruda, es bastante más digerible de lo que se cree, pero la que se vende normalmente suele llevar colorantes, antioxidantes para que no se enrancie y mezclas con otras grasas animales.
La margarina, que durante años se ha presentado como la alternativa «saludable» a la mantequilla, ha resultado más dañina porque constituye un tipo de grasa saturada artificialmente que debe desaconsejarse por completo. Existen otras alternativas que pueden sustituir a la mantequilla o la margarina habitualmente utilizadas:
Manteca de hojaldre: Es una manteca vegetal que aporta la textura necesaria para el hojaldre y tiene mejor sabor que la margarina.
Margarina poliinsaturada: Tiene una textura y un sabor más ligeros que la margarina sólida; resulta ideal para untar, pero no tanto para repostería.
Ghee: Es una mantequilla clarificada, muy popular en las cocinas india y británica. Se funde la mantequilla y se filtra con una muselina o gasa.
Falsas Grasas
Recientemente ha aparecido, sobre todo en Estados Unidos, un nuevo grupo de sustancias sintéticas que pretenden dar a los alimentos la misma textura que las grasas habituales, pero sin su contenido graso y con menos calorías.
Quizá una de las sustancias más conocidas sea la olestra, una combinación de azúcar y aceite vegetal (un poliéster de triglicéridos) en una nueva molécula que posee el sabor y la textura de la grasa, pero que el organismo no puede asimilar.
Una bolsa de unos 30 g de patatas chips elaboradas con olestra contiene 0 g de grasa y unas 70 kcal, mientras que una bolsa de patatas chips elaboradas de forma usual posee 10 g de grasa y unas 150 kcal.
Discusiones sobre la Olestra
Numerosos expertos han mostrado su preocupación respecto a esta sustancia; ya que los únicos estudios a largo plazo se han efectuado sobre ratas.
Estos animales han mostrado evidencias de tumores en la pituitaria y posibles cambios precancerosos en el hígado. Además, se teme su impacto sobre las vitaminas liposolubles en el organismo (A, D, E y K); ya que la olestra podría dificultar la absorción de estas vitaminas; imprescindibles para la salud del sistema inmunitario y preventivas de las enfermedades coronarias y de ciertos tipos de cáncer.
Quizá en poco tiempo haya que suspender la venta del producto en Estados Unidos; porque está apareciendo un número muy elevado de efectos secundarios debido a su consumo; (se ha autorizado su uso en la elaboración de patatas fritas; crackers y otros productos salados de aperitivo): por ejemplo; un mayor porcentaje de diarreas y molestias intestinales entre quienes comen patatas fritas con olestra.
La American Heart Association ha recomendado que no se den estos productos a los niños; y que es preferible seguir una dieta equilibrada y nutritiva, pobre en grasas, ácidos grasos saturados, colesterol y sodio.
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