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La gran estafa dietética de John André

Es fácil reconocer el atractivo calculado y la estricta incitación que se mezclan a partes iguales en este extracto de un típico anuncio de «Régimen», la que durante años se convirtió en la droga sin receta más popular de EE.UU. creada por John André:

Asombrosa novedad MÉDICA (a su alcance ahora sin receta ni prescripción). Adelgazar sin dietas con la nueva maravilla para obesos QUE HACE PERDER PESO MÁS RÁPIDAMENTE QUE NINGUNA.

Sin dietas, sin comidas especiales, sin abandonar los alimentos que le gusta comer, este nuevo producto actúa directamente sobre la causa de su obesidad. Es seguro… automático. Adelgazará hasta 3 kilos en tres días… hasta cinco KILOS EN UNA SEMANA… ¡O LE DEVOLVEREMOS SU DINERO!

estafa dietética

La estafa dietética y el apoyo de los profesionales

Quien afirmó que «no se puede engañar a un hombre honrado» no había contado, evidentemente, con el genio de la promoción que llevaba la campaña de «Régimen», que sin duda alguna fue el fraude dietético concebido con más arte, el más artificioso en su elaboración y el de ejecución más cínica de todos los tiempos. Comenzó con la adhesión impresa de muchos profesionales, y terminó con las confesiones en televisión de personas normales que lo alababan hasta la exageración… y todo ello, desde el principio hasta el final, no fue sino una completa mentira.

Los médicos que recomendaron en un buen principio el producto de André y que le proporcionaron unos gráficos de pérdida de peso que sólo iban a ser el principio de la campaña publicitaria del «Régimen» —gráficos que mostraban unas pérdidas de peso espectaculares, increíbles, entre los usuarios de las tabletas milagrosas del griego—, fueron todos ellos pagados por el empresario.

Sus estadísticas no tenían nada de verdad, y en algunos casos eran totalmente inventadas; pacientes reales figuraban con pérdidas de peso ficticias, e incluso aparecían pacientes que no existían en realidad (y que naturalmente mostraban progresos todavía mayores con la dieta «Régimen»), todo lo cual convertía en engañosas y falsas las estadísticas sobre la nueva dieta.

André, que comprendía perfectamente el poder que representaba para las ventas el respaldo de profesionales, la magia inherente a la frase «recomendado por los médicos», comprendía también que no era imposible encontrar médicos abandonados de la fortuna o cargados de deudas que se mostraran dispuestos a comprometer su juramento hipocrático por una cantidad variable de dinero.