La gordura es, ciertamente, una catástrofe personal, pero también es un problema social y un dilema médico. Sus causas subyacentes son tanto fisiológicas como psicológicas y circunstanciales, por lo que resulta insuficiente y poco científico mantener que es simplemente la sobrealimentación lo que produce el problema.
Fases y grados de la gordura u obesidad
La obesidad se debe también, en diferentes grados y en según qué casos, a factores hereditarios, perturbaciones endocrinas, hábitos alimentarios poco nutritivos y perturbaciones psicológicas. La obesidad es notablemente resistente a tratamientos porque sus causas son muy complejas y porque no sólo varían de un individuo a otro, sino que, dentro de cada individuo, varían también de año en año e incluso de mes en mes.
Ante esto, y ante el hecho de que el 95 por ciento de las dietas que se comienzan acaban por fallar en su pretensión de lograr una reducción de peso permanente, muchos médicos son reacios a recetar incluso la más modesta dieta equilibrada de bajo contenido en calorías a sus pacientes obesos, argumentando que la tensión y la ansiedad que los regímenes causan al individuo pueden superar los beneficios que se pudieran derivar de una pequeña pérdida temporal de peso.
Tristemente, este pesimismo profesional llega en un momento en que la necesidad de unos consejos claros acerca de la pérdida de peso y del control del mismo es mayor que nunca. Según el doctor Clifford F. Gastineau, médico de la Clínica Mayo que lleva largo tiempo interesado en los problemas planteados por el tratamiento de la obesidad, las estadísticas sugieren que la moderna medicina está aproximándose rápidamente a un punto en que los porcentajes de curaciones de las enfermedades humanas se van estancando.
Incluso los redoblados esfuerzos de la comunidad médica sólo pueden reducir las tasas de mortalidad en un grado mínimo. El doctor Gastineau opina que así seguirá siendo hasta que se dedique una mayor atención a resolver el problema de la obesidad, que ha sido calificado como el mayor fracaso en la medicina preventiva.
El doctor Gastineau, coautor de un libro sobre la obesidad, está convencido de que “no será posible conseguir una gran mejora de la salud nacional mientras no se arbitren soluciones para la corrección y prevención de la obesidad”.
Lograr esta meta —continúa— requerirá que los médicos de todo el mundo occidental reconozcan los peligros del exceso de peso, comprendan que si bien la enfermedad de la obesidad nunca podrá ser erradicada, sus síntomas sí pueden aliviarse, y “será necesario aplicar una especie de espíritu y celo misionero a su corrección”.
Si tales objetivos no se consiguen deberemos admitir que se ha perdido una importantísima batalla, resume Gastineau, pues precisamente el adelgazar “puede ser la mejor oportunidad para alargar la vida y disminuir futuras enfermedades”.