La frecuencia de defecación es tan importante como la frecuencia de la diuresis; ya que el colon o intestino grueso también tiene cierta capacidad de absorción; y cuando los desechos de la alimentación ya digerida permanecen más tiempo del debido en el colon; dan lugar a putrefacciones y acúmulos de sustancias tóxicas, que son absorbidas y mantienen al organismo en un estado de autotoxemia que conlleva malestar general, jaquecas, etc.
La frecuencia de defecación depende fundamentalmente de dos factores: el hábito horario y el reflejo gastro- entero-cólico.
El hábito horario es importante, pues el organismo debe habituarse a evacuar con regularidad, generalmente, al levantarse; ya que es entonces cuando, después de la inactividad de la noche, el cuerpo comienza a moverse; empiezan a ponerse en marcha todos los reflejos, tanto motrices como viscerales; y es el momento más propicio para que se produzca la necesidad de defecar.
¿Qué Hacer Cuando el Hábito de Hace Irregular?
Cuando este hábito horario se pierde por el tipo irregular de vida, viajes, cambios en el tipo de comidas, etc.; aparece la constipación intestinal o estreñimiento, con toda su secuela de problemas.
Por eso, es recomendable que, se esté donde se esté, o se lleve la vida que se lleve; se procure defecar siempre a la misma hora, para que no se pierda el hábito o para recuperarlo si ya se ha perdido.
Cuando después del ayuno de la noche tomamos el primer alimento de la mañana; al llegar éste al estómago pone en marcha otro reflejo visceral que hace que se movilice todo el contenido intestinal; que se agilice el tránsito y, en definitiva, que se produzca la defecación; esto se denomina reflejo gastro-entero-cólico, que viene a significar que el estímulo de comer origina por vía refleja la necesidad de defecar.
Lo que ocurre es que, como la mayoría de los reflejos de tipo visceral; se trata de un reflejo muy lábil, muy primitivo y con grandes posibilidades de atrofiarse, sobre todo cuando la alimentación y la forma de vida no son regulares.
Otros Datos de Interés
Lo que suele ser más pernicioso para el reflejo gastro-entero-cólico, es la irregularidad en los desayunos y el hábito de «picotear«; ya que si todo el día está llegando alimento al estómago, todo el día se estarán recibiendo señales en el colon y, como es lógico; llega un momento en que el colon se hace «sordo» a los mensajes, generalmente débiles, que le llegan desde el estómago.
También influye la textura o composición de las heces; ya que si éstas carecen de fibras que estimulan las paredes intestinales; más aún contribuirán a la pérdida de la motilidad y de respuesta del colon.
En los consejos que siguen al proceso de reeducación intestinal hay unos que sólo se pueden aplicar durante el propio proceso de reeducación intestinal; pero otros deben considerarse para toda la vida (lo mismo podemos decir de los anteriores consejos de reeducación fisiológica).
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