Llegamos al capítulo más importante del libro; confieso que a mí es el que más me preocupa, pues si tras una serie de sacrificios, de tratamientos, de un trabajo serio en suma, conseguimos llegar a nuestro peso ideal; a la armonía perdida, y por pequeños descuidos perdemos todo el terreno conquistado, sería como perder la guerra; en la lucha contra la obesidad podemos permitirnos no ganar alguna que otra batalla, pero en ningún caso la guerra.
Que no caigamos en el viejo error de hacer lo más importante y descuidar los pequeños detalles que son los que conforman el éxito. Como dijo Ros de Olano: “Ganamos todas las batallas, y perdimos la campaña.” Hay que estar con Clemenceau: “Hacer la guerra hasta el fin, hasta el verdadero fin del fin.”
Comprendo que las tentaciones, en nuestro mundo de tradiciones y en la cultura del consumo desaforado en la que vivimos; son excesivas y que hay que tener mucha voluntad para saber quedarse al margen de las incitaciones diarias. Pero es lamentable que, por un minuto de debilidad, echemos por la borda el esfuerzo de meses.
Sistema de Mantenimiento de Reducción
A lo largo de las próximas páginas incluiré alguna que otra frase referida a la voluntad; pues siempre viene bien alguna dosis, aunque sea homeopática, de doctrina psicológica, ya que, por la experiencia de la clínica sé que el paciente precisa de sutiles invitaciones a la firmeza. Prepárese ya a asumir la realidad: ha bajado de peso, ha conseguido la armonía y ahora se trata de mantenerse.
El sistema de mantenimiento se basa en la reeducación fisiológica; que consiste en una serie de método prácticos aplicados en cortos períodos de tiempo; destinado a corregir y «reeducar» la fisiología de algunos órganos que han quedado desequilibrados durante los años en que se ha sido obeso.
Tales desequilibrios son los causantes de que se vuelva a recuperar el peso perdido; a pesar de haberse reequilibrado por completo todo el sistema glandular o cascada endocrina; ya sea por el aporte equilibrado de remedios homeopáticos, de plantas medicinales, acupuntura, etc.
Una vez aprendidos y aplicados por primera vez los métodos prácticos y de reeducación fisiológica; el ex obeso tiene aprendida la sistemática y puede aplicarla en muy breves períodos, consiguiendo la reeducación y el peso ideal para toda la vida.
Hormonas y el Mantenimiento del Peso
Tan sólo un nuevo desequilibrio a nivel endocrino (partos, intervenciones quirúrgicas, estrés, etc.) podría llevarle de nuevo a ser obeso; pero el problema sería de fácil solución con cualquiera de los métodos de reequilibrio glandular ya referidos.
Sin embargo, terminado el tratamiento de adelgazamiento, mientras que las pequeñas disfunciones glandulares han quedado corregidas, los malos hábitos suelen instaurarse de nuevo, y son éstos los que hacen que se vuelva a engordar otra vez.
Por eso, cuando se aplica por segunda vez el tratamiento regulador glandular (homeopatía, fitoterapia, etc.), el resultado es muy inferior al obtenido la primera vez, ya que mientras que en esa primera ocasión corregimos el desequilibrio glandular y los malos hábitos, en la segunda el sistema glandular suele continuar aún corregido (estaríamos intentando “arreglar lo arreglado “, lo que no conduce a cambio alguno).
Causa de la Vuelta al Sobrepeso
La vuelta al sobrepeso se ha debido, casi exclusivamente, al regreso de los malos hábitos, que, si bien en la primera ocasión constituía un problema secundario frente al hormonal, que era el primario, ahora mantener el equilibrio del sistema glandular es el principal problema, y suele, sin embargo, continuar siendo sometido a una consideración secundaria.
Todo ello hace que sea muy difícil mantenerse en el peso ideal una vez logrado éste. Pero no es éste el único factor que contribuye al no mantenimiento del peso ideal adquirido.
La teoría de reeducación fisiológica considera que, como consecuencia del desequilibrio endocrino que hubo en su momento, y como consecuencia también de los malos hábitos mantenidos durante años, existe una serie de órganos que han quedado malfuncionantes o con una “mala educación fisiológica”, y sin cuya reeducación es imposible mantener el peso adquirido, por muy equilibradas que hayan quedado las glándulas de secreción interna, ya que mientras no sean reeducadas, influyen en que se mantenga el exceso de ingesta o el déficit de eliminación, o ambos.
Estos órganos que tendremos que reeducar son: estómago, riñón, intestino y páncreas. Dedicaremos un apartado a cada uno de ellos, ya que en la disfunción de cada uno influyen múltiples factores y/o mecanismos que, o bien hasta ahora no han sido tenidos suficientemente en cuenta, o bien no han sabido integrarse de forma adecuada entre sí los diferentes conocimientos al respecto.
Además, dado que no tienen por qué darse los cuatro “desajustes” —gástrico, intestinal, renal y pancreática— simultáneamente en una misma persona, he considerado más práctico estudiarlos por separado, de manera que cada persona haga suyos los principios básicos que se exponen al final de cada uno, en función de cuál sea su caso.
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