Siempre que el ayuno se prolongue durante más de dos días seguidos, será necesario el control médico. Durante el ayuno se pierde peso, pero este peso corresponde tanto a las reservas de grasa del organismo como a su tejido muscular.
Si se prolonga durante varios días, el tono muscular decae, aunque el corazón, el cerebro y el sistema nervioso no se vean afectados.
Por esta razón es preferible ponerlo en práctica durante la época vacacional o, en todo caso, mientras se pueda estar en casa, ya que es necesario el reposo y evitar al máximo las tareas físicas.
A menudo, el mismo cuerpo reacciona con sueño, especialmente durante los primeros días, cuando se necesita más energía para eliminar el grueso de las toxinas.
Ayuno, hábitos y mente
Quienes dedican unos días al ayuno también suelen aprovechar para cambiar sus hábitos cotidianos y familiares por cierto recogimiento interior, limitándose a realizar algunas actividades tranquilas como pasear, leer, dormir, observar.
El ayuno contribuye a mantener la disciplina y la seguridad personales, puesto que es fruto de una decisión voluntaria. Es útil para deshabituarse de malas costumbres alimentarias y para reflexionar sobre todo lo que entra en el organismo.
El ayuno no se recomienda a personas que sufran estrés, resfriados, estados de ánimo depresivos o que tengan demasiados problemas, ya que podría debilitarlas todavía más y disminuir sus defensas. Los ancianos y los adolescentes a partir de 14 años, si están sanos, también pueden practicarlo durante uno o dos días.
Funciones del ayuno
El objetivo del ayuno no es adelgazar, sino depurar el cuerpo de toxinas. En los primeros días, el cuerpo elimina toxinas en forma de grasa y agua, mucosidad, granos, forúnculos, expectoraciones y orina cargada. Mientras tanto, el organismo se nutre de las reservas de grasa almacenadas, que se transforman en energía.
Otra de sus funciones importantes consiste en contribuir a liberar el organismo de dependencias: azúcar, café, alimentos secos o grasos. Están “prohibidos” las golosinas, el café, el tabaco y el alcohol.
Normas del ayuno
- El ayuno consiste en la exclusiva ingestión de líquidos; las personas más capaces sólo beben agua y algunas infusiones; otras, además, toman algunos zumos de verduras.
- Antes y después de realizar el ayuno es imprescindible dedicar, respectivamente, una fase preparatoria. Lo que ayuda a acomodar de manera progresiva el estómago a los líquidos. Luego una fase final, para reincorporar la comida sólida.
- El retomo a la alimentación cotidiana se inicia a base de sopas con pasta, frutas y verduras, cereales, pan integral o queso tierno. La fase de regreso a la alimentación sólida se prolonga durante el mismo tiempo que ha durado el ayuno. El estómago se ha empequeñecido y ha de volver a acostumbrarse, poco a poco, a abrirse y reanudar el trabajo.
- El proceso total puede durar entre dos y tres semanas. La preparación y fase final del ayuno son tan importantes como el mismo ayuno. Cuando no se realiza la fase preparatoria, el cuerpo demanda aquellos alimentos a los cuales se ha acostumbrado.
- Si de un día para otro dejara de tomarse café, quizá aparecerían agudos y prolongados dolores de cabeza. Verse privado súbitamente de comida sólida podría provocar irritabilidad y malestar continuado.