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La celulitis terapia contra la piel de naranja

A menudo se dice que la celulitis es la primera en almacenar el exceso de calorías y los últimos en eliminarlas, y con demasiada frecuencia este aserto es verdadero.

Y lo es, en primer lugar, porque el exceso de calorías se almacena en el tejido adiposo, lo cual significa que los efectos de una sobrealimentación sistemática, o de una serie de opíparas comidas un poco prolongada, pronto se refleja en unas caderas y unas mejillas más redon­deadas.

 

La celulitis

La celulitis y el acumulo de grasa

En segundo lugar, también es cierto porque las dietas más populares, entre ellas todas las de «pérdida rápida de peso», tienen como resultado la pérdida de agua y de masa muscular, ninguna de las cuales tiene que ver con las grasas. Como ya hemos apuntado, sólo mediante una dieta equilibrada de bajo contenido en calorías puede el individuo obeso reducir esos acúmulos de grasas reacias a la eliminación.

Los promotores de la terapia de la celulitis también suscitan confianza por otra buena razón: el equipo completo para perder peso, que incluye máquinas ionizadoras, compresas de parafina, colchones de aire y masajes enérgicos, además de una serie de diez inyecciones de «enzimas difusores de grasas», tiene un coste aproximado de 550 dólares. Este enzima es denominado por sus promotores «tiomucosa».

No se halla entre las listas de la Food and Drugs Administration, ni su uso está aprobado por la misma agencia o por cualquier otra entre las gubernamentales. Si realmente es un enzima, no parece que tenga una acción nociva inmediata en sus consumidores, como evidencia el hecho de que ninguno de los que se la han inyectado haya resultado afectado por enfermedades o estados patológicos que puedan relacionarse con su administración.

Sin embargo, no existen pruebas de que produzca en los obesos mayores beneficios que los anteriormente asociados a los caramelos Ayds, el GCH y otros supuestos complementos dietéticos.

Un enzima auténtico provocaría realmente una «difusión» del tejido alrededor del punto de la inyección, pero sólo la del tejido circundante, no en la grasa que contuviera, y tal acción dejaría un auténtico agujero en el organismo. Además, existe el peligro real de una posible acción alérgica al supuesto enzima, como ya han advertido varias autoridades médicas.