Saltar al contenido

Medicamentos para la obesidad

Las hormonas tiroideas han sido utilizadas como fármacos adelgazantes desde hace años. Dado que estas hormonas intervienen en la regulación del metabolismo energético potenciando la producción de calor, se supone que su administración potenciaría la pérdida energética en esta forma.

Por otro lado, durante cierto tiempo se supuso que en la obesidad podía existir algún trastorno de las hormonas tiroideas; todavía hoy no se ha descartado la existencia de un estado de resistencia periférica al efecto de dichas hormonas. La utilización de hormonas tiroideas en el tratamiento de la obesidad ha pasado por períodos de aceptación y otros de descrédito.

Usa fármacos para ayudar a adelgazar

En contra de su empleo se han presentado los siguientes argumentos:

a) la mayor parte del peso perdido durante el tratamiento con hormonas tiroideas se debe a la reducción de la masa corporal no grasa, con lo cual la disminución ponderal no significa realmente una disminución del grado de obesidad;

b) en dosis fisiológicas las hormonas tiroideas no han de conseguir ningún aumento de la calorigénesis ya que los mecanismos defeed-back suprimen la producción endógena;

c) en dosis suprafisiológicas se producen síntomas de toxicidad que imitan el cuadro clínico del hipertiroidismo (Munro, 1982).

A pesar de dichos argumentos existen estudios que demuestran que la utilización de dosis fisiológicas de hormonas tiroideas, acompañando a dietas hipocalóricas, consigue aumentar y prolongar la pérdida ponderal (Bachynsky, 1986).

Hay fármacos muy útiles

Existen otras drogas con capacidad calorigénica

Conocidas desde hace tiempo pero no utilizadas debido a su toxicidad. Entre estas drogas destaca el 2,4 dinitrofenol (DPN), un ionoforo que desacopla la fosforilación oxidativa y aumenta la pérdida de energía en forma de calor.

Había sido utilizado en la década de 1930 y se suspendió su uso debido a su toxicidad. Actualmente se está ensayando nuevamente en el tratamiento de la obesidad mórbida (Bachynsky, 1986) en combinación con la Triyodotiromina. También recientemente se están ensayando agonistas beta adrenérgicos con efecto termogénico (Henny, 1986; Renato, 1986).

Deberían ser el tratamiento de elección en la obesidad. Desgraciadamente no existe ningún fármaco con efecto lipolítico potente que no comporte otros múltiples efectos. Los derivados anfetamínicos del tipo D-L anfetamina y metanfetamina poseen un cierto efecto lipolítico además del anorexígeno pero no están a la venta en nuestro país.

A la gonadotropina coriónica humana se le reconoce un efecto lipolítico y durante unos años fue muy utilizada como fármaco coadyuvante en las dietas de adelgazamiento. La gonadotropina coriónica es una hormona sintetizada en la placenta que actúa fundamentalmente a nivel orgánico, pero que según determinados autores también tiene un efecto movilizador de las reservas lipídicas, favoreciendo la pérdida de peso cuando se administra conjuntamente con dietas hipocalóricas (Asher, 1973).

Sin embargo, en los últimos años ha sido poco utilizada porque diferentes estudios realizados con esta hormona ofrecieron resultados discordantes y en los Estados Unidos no fue reconocida como droga indicada en el tratamiento de la obesidad (Bray, 1980).

[amazon_link asins=’8461746899,8449334276,8417114572,8494716344,8499106218,8449332451,8497354362,849908656X’ template=’ProductCarousel’ store=’comoperderpeso-21′ marketplace=’ES’ link_id=’8651708b-88cc-11e8-89a0-eb4418591c9e’]