El uso del té se remonta a tiempos inmemoriales; los taoístas elaboraban un elixir de larga vida y los budistas lo utilizaban para sus meditaciones. El Bodidarma, según una leyenda japonesa, es el origen del té: ‘Después de meditar durante nueve años, sin dormir y sin comer según el voto que había hecho, sucumbió al sueño.
Durante todo el tiempo que durmió tuvo sueños amorosos y al despertar, siempre movido por el amor, se cortó los párpados que al caer al suelo enraizaron y dieron lugar a dos arbustos cuyas hojas tenían el poder de mantener el espíritu despierto.» El principio activo del té es la tenía, idéntica a la cafeína del café y la teofilina, isómero de la teobromina.
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Las hojas del té contienen además taninos, ácido gálico y una gran proporción de potasa. La flor del té contiene además cafeína y una cantidad bastante importante de manganeso y hierro. La flor y la hoja del té están indicadas en indigestiones, diarreas, para los dispépticos y para remediar fatigas pasajeras. El té no es aconsejable para las personas que sufren de litiasis renal o gota y para los cardíacos, debido o la gran cantidad de oxaloto que contiene.
Existen tres variedades esenciales de té: el negro fermentado, el verde no fermentado y el semifermentado. El té negro en infusión contribuye a reducir los niveles de triglicéridos en la sangre y tanto frío como caliente conservo todas sus virtudes terapéuticas.
Negro o verde, fermentado o no, el té le hará perder los kilos de más, para lo cual utilícelo de la forma siguiente:
- Dos días a la semana, torne cuatro tazas de té al día y dos litros de leche y no coma nada más.
De esto forma conseguirá perder de tres a cinco kilos. A dosis moderadas el té es un estimulante del músculo cardíaco y del sistema nervioso central y el excretor.
Permite mantenerse despierto y prolongar los períodos de esfuerzo; sin embargo, puede provocar estreñimiento. Para remediar este efecto secundario, endulce el té con miel que entre otros tiene efectos laxantes. El abuso del té provoca palpitaciones, accesos de falsa angina de pecho, trastornos nerviosos, tendencia al síncope, trastornos mentales de tipo ansioso e insomnio.
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