Dentro de las dietas proteicas se encuentra el método Banting, veamos un caso práctico que sucedido en la lejanía del círculo polar ártico.
Experiencia prácticas con las dietas proteicas
Fue en 1910 y provino de más allá del Círculo Polar Ártico, donde un joven instructor de antropología de la Universidad de Harvard, llamado Viljalmur Stefansson, había permanecido un año entre los esquimales.
Esta permanencia de Stefansson en el Artico no había sido intencionada ni mucho menos. Había viajado a aquellas latitudes en 1909 para unirse a la expedición Leffingwell-Mikkelson, pero, sin saber cómo, se extravió, perdió la cita con los expedicionarios y se vio obligado a pasar el invierno entre los nativos.
Carente de cualquier otra opción, Stefansson subsistió durante aquel invierno a base de la primitiva dieta alimenticia de los nativos, que consistía exclusivamente en pescado y grasa de ballena escaldada en agua a la que se le añadían pedazos de pescado hervido.
Se trataba de una forma de dieta al estilo de la “Banting” en su forma más pura, compuesta exclusivamente de proteínas y con una carencia total de hidratos de carbono.
Aunque al principio le pareció tan nauseabunda que lo único que podía hacer era tragarla sin pensárselo, descubrió que no tenía ningún mal efecto sobre su organismo y que no se sentía enfermo en absoluto, hasta el punto de que, cuando años después fue enviado nuevamente al Artico por el Museo Americano de Historia Natural, él y sus compañeros decidieron no utilizar las raciones que les proporcionaba la expedición, equilibradas en cuanto a componentes nutritivos, y recurrir a la “dieta de cazadores” que utilizaban los esquimales.
Esta segunda expedición de Stefansson tenía una duración prevista de doce meses. Al final se prolongó más de cuatro años, en cuyo lapso Stefansson se convirtió en uno de los gigantes de las exploraciones árticas, mientras la “dieta de cazadores” llegaba a ser una obsesión en la mente del antropólogo.
Fue tal el entusiasmo que despertó en él la dieta de alto contenido proteínico y baja cantidad de hidratos de carbono que, cuando regresó a los Estados Unidos, dedicó muchos esfuerzos a ganar prosélitos para su causa, hasta el punto de someterse en 1928 a una dieta estilo Banting de un año de duración, bajo la supervisión médica del Hospital Bellevue de Nueva York.
Los partidarios de las dietas a base de proteínas se han esmerado en citar la experiencia del explorador Stefansson como una prueba histórica de los méritos de tales regímenes.
Con sus extensas citas de los diarios de Stefansson, han logrado disimular la patente distinción entre el Stefansson experto explorador y el Stefansson aficionado a la ciencia de la nutrición.