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Tratamiento mediante ejercicio físico

El efecto adelgazante del ejercicio físico es bien conocido; los sujetos que hacen ejercicio físico regularmente no suelen estar tan gruesos como los que hacen una vida sedentaria, y por otro lado los deportistas que dejan súbitamente de practicar deporte engordan.

Menos conocidos son los motivos o los mecanismos que justifican este efecto del ejercicio físico.

El ejercicio es lo mejor para perder peso

La principal razón

Parece ser el mayor consumo energético producido por el ejercicio físico importante pero, además, parece que se producen una serie de cambios metabólicos y hormonales que modificarían la utilización de los sustratos energéticos (Krotkiewski, 1979) y quebse invierten en el sedentarismo y la obesidad (Glass, 1981).

También se ha estudiado una posible influencia del ejercicio sobre.-la ingesta de alimentos pero los resultados son discordantes. Mientras que algunos autores como WHO y cois. (WHO, 1982), no encontraron variaciones en la ingesta de mujeres sometidas a un ejercicio físico moderado, otros han descrito disminuciones paradójicas de la ingesta con un ejercicio físico ligero.

El problema estriba en establecer qué duración e intensidad debe tener el ejercicio físico para que produzca una disminución de la obesidad. En general se acepta que la duración mínima de un ejercicio físico regular es de dos meses para que se produzca una reducción ponderal.

El deporte es esencial para perder peso

No significa que un ejercicio realizado durante menos tiempo sea inútil

Pero no se traduce en una pérdida ponderal significativa. La regularidad es otro punto importante, ya que la práctica esporádica de ejercicio físico, por intenso que éste sea, no produce efectos sobre el control ponderal. La intensidad del ejercicio a practicar depende de la capacidad del sujeto para entrenar y de su estado de salud. Así, probablemente a un paciente obeso e hipertenso no se le puede recomendar la práctica de jogging, pero sí que camine cada día cuatro manzanas.

La frecuencia debe ser, como mínimo, de tres veces por semana y a ser posible el ejercicio físico debe practicarse diariamente. Además de favorecer la pérdida ponderal, el ejercicio físico continuado contribuye a la estabilización del peso corporal.

Esto es especialmente interesante, no sólo en la obesidad sino también en las afecciones metabólicas asociadas a ella, ya que el entrenamiento continuado para mantener estable el peso corporal consigue normalizar la tolerancia a la glucosa y los niveles plasmáticos de insulina y triglicéridos (Bjórntorp, 1982).

Sin embargo, existen riesgos en la práctica de ejercicio físico regular, especialmene para pacientes adultos de mediana edad y con problemas circulatorios. El más importante es la aparición de arritmias letales que han sido descritas en varias ocasiones.

Por ello no se debe recomendar la práctica de ejercicio físico importante en pacientes que padecen una enfermedad cardiovascular conocida, si no es en presencia de un equipo de emergencia.

Tampoco se debe recomendar el inicio de un entrenamiento físico intenso en personas de mediana edad. Por el contrario, debe recomendárseles un inicio cauto y progresivo del trabajo físico, incrementando gradualmente la intensidad y la duración del mismo.

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