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Remedios caseros para las heridas con espinas y fiebre

Remedios caseros para las heridas con espinas y fiebre

Conoce sobre las heridas con espinas y astillas

La espina de una flor o una astilla de madera (también puede ser de vidrio, metal o un alfiler o aguja), al introducirse por la piel, ejerce la acción de un cuerpo extraño, causando además una pequeña herida.

Normalmente, tal situación no tiene importancia, aunque puede llegar a provocar un dolor muy agudo, dolor que generalmente persiste por unos minutos o incluso unas horas.

Remedios caseros para las heridas con espinas y fiebre

Métodos para curar heridas con espinas y astillas

Si la astilla o espina penetra a cierta profundidad, es conveniente untar la zona de la herida con tintura de yodo o un producto similar, y tratar de extraer el cuerpo extraño con unas pinzas esterilizadas, cosa que se logrará pasándolas por la llama de un infiernillo de alcohol.

La espina o astilla ha de salir, a ser posible, por el mismo punto por donde entró, y una vez fuera vuelve a realizarse otra aplicación de yodo, pintando bien la heridita. Luego puede vendarse el lugar afectado con un poco de gasa y una venda.

Remedios caseros para las heridas con espinas y fiebre

¿Qué es la fiebre?

La fiebre o aumento de la temperatura normal del cuerpo humano no es una enfermedad en sí sino el síntoma, entre otros, a veces, de una condición anómala del organismo, siendo precisamente la fiebre una defensa corporal.

Una temperatura muy elevada, unos 40°C o más, puede dar origen a delirios y hasta un estado de inconsciencia.

Se ignora con exactitud por qué proceso sobreviene la fiebre en una persona, más la experiencia ha hecho que la medicina moderna la considere, como se ha dicho, un arma protectora contra una enfermedad.

Remedios caseros para las heridas con espinas y fiebre

Mètodos para aliviar la fiebre

Por consiguiente, para eliminar la fiebre es necesario y primordial eliminar las causas que la originan. Aunque si es muy elevada puede rebajarse aplicando bolsas de hielo, especialmente en la cabeza. Incluso envolviendo al individuo afectado con una sábana húmeda y fría. Pero a estas medidas sólo debe recurrirse en casos muy extremos. Lo natural, insistimos, es curar o aliviar la dolencia causante de la fiebre.

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