Conoce el Escaramujo
Los niños la llaman «rascaculos», ya que los pelos internos de la flor son, en efecto, irritantes y desagradables. El escaramujo posee flores muy frágiles, un corazón amarillo y cinco pétalos. Puede ser considerado como uno de los más bellos rosales. Se encuentra en las inmediaciones de los setos y de los zarzales.
Es llamada también «rosa canina», porque antaño se trataba la rabia con su raíz; su nombre deriva del griego kynorrhodon. El escaramujo, que florece en los meses de mayo y junio, tiene flores llamadas cinorrodones por los botánicos.
Sus flores son pequeñas rosas cuya característica particular es poseer un receptáculo en forma de copa cerrada que se vuelve carnoso al madurar y que contiene akenes o semillas protegidos por pelos rígidos. En los bordes de este receptáculo están situados los cinco pétalos, los cinco sépalos apretados y los numerosos estigmas.
Esta rosácea puede alcanzar varios metros de altura Su cultivo es muy sencillo: basta con enterrar los retoños durante el invierno.
¿Lo sabíais?
Pararse delante de un escaramujo repleto de flores, el día del solsticio de verano, cerrar los ojos, aspirar el delicado perfume que exhala, y en esta posición asociarse a las alabanzas a la tierra, está considerado desde siempre como un rito venerable.
¿Sabíais esto también? Dar a los perros, de vez en cuando, algunas bayas de escaramujo los desembaraza de parásitos.
Ahora, unas breves informaciones, dos de ellas de carácter histórico. Homero cuenta que los troyanos conocían el ungüento de rosa (que se extraía de cualquier especie de rosa puesta a macerar al sol, con aceite y con vino) y lo utilizaban como colirio para las enfermedades de los ojos.
El árabe Avicena nos comunica haber curado cierto día a un niño moribundo administrándole conserva de rosas. La última información es de carácter, digamos, deportivo: el inolvidable corredor ciclista Coppi, que conocía las grandes virtudes de la rosa, preparaba con ellas excelentes conservas.
Finalmente, algunos datos sobre la célebre agua de rosas. Suponemos que os gustará saber cómo se prepara: aseguraros de que las flores no hayan sufrido tratamientos a base de abonos o de insecticidas químicos.
Coced 50 gramos de pétalos de rosa en medio litro de agua; después de haber retirado el recipiente del fuego, dejadlos cinco minutos en infusión; filtrad y trasvasad a un frasco previamente esterilizado. ¡Atención! no saqueéis vuestro jardín cortando todas las flores: las rosas no deben ser cortadas, sino deshojadas.
Los Espárragos
Pensamos que es inútil pedir al interesado sus documentos de identidad: el espárrago, en efecto, goza de un permiso de residencia permanente… en la cocina, donde las amas de casa preparan un manojo, que depositan en una cacerola con delicadeza para sacarlos al poco rato y servirlos a la mesa bien enteros.
Sólo añadiremos que los autores romanos Plinio y Marcial la llamaron Prodigia ventris y que los más preciados eran los que se cultivaban, a la sazón, en los pantanos de Rávena.
Plinio y Marcial decían la verdad: las pinturas de espárragos todavía visibles sobre los triclinios de las casas de Herculano y de Pompeya están ahí para probarlo
