La medicina china y coreana utiliza el ginseng (Ginseng panax) desde hace más de 5 000 años, pero su uso en Occidente es relativamente reciente.
Desde muy antiguo se le han atribuido propiedades de panacea universal (el nombre genérico de la planta de ginseng es Panax, que deriva de la palabra griega «panacea» o «curalotodo». Los chinos lo empleaban como tónico físico y cerebral, para aumentar el vigor, como fuente general de salud y para prolongar la vida.
La magia del ginseng
Una leyenda de la provincia de Kirin dice que la planta nació una noche de agosto, en los bosques de cedros, en el cruce de dos corrientes montañosas, que desaparecen para dar lugar a esta raíz, uniéndose los cinco elementos de la creación (fuego, tierra, metal, agua y madera), en equilibrio, para dar lugar al ginseng.
La variedad Ginseng panax se encuentra en China y Corea del Norte, aunque su cultivo se explota en Corea del Sur. Es una planta herbácea de treinta a setenta centímetros de altura, que crece en las laderas de las montañas, a una altitud moderada. Sus principios activos se encuentran en las raíces tuberculosas.
El aspecto que presenta la raíz, que tiene de diez a treinta centímetros, recuerda mucho a la forma humana. Éstas se lavan y se secan al sol y, posteriormente, se comen en su totalidad (en dosis que oscilan entre los 0.5 y los 3 g diarios), o molidas, para hacer comprimidos y polvos.
Esta raíz es rica en vitaminas B,, B2 y vitamina C. También contiene hierro, manganeso, mucílago y sustancias que tienen una actividad hormonal. En la actualidad, se acepta la idea de que los principios activos de la complicada química del ginseng son sustancias conocidas como saponinas, trece de las cuales han sido identificadas. Varias de ellas producen efectos en el cuerpo parecidos a los de las hormonas.
Cansancio, fatiga, concentración
El ginseng se emplea como estimulante y tónico contra el cansancio físico y mental. Es un producto adaptógeno, es decir, aumenta la resistencia frente a situaciones traumáticas o que producen un mayor nivel de estrés.
Es efectivo en el tratamiento de alteraciones psíquicas de carácter funcional: neurosis, astenias, etc. Aumenta el rendimiento intelectual y ayuda en las convalecencias. Se ha demostrado su acción tonificante en el cerebro, en las áreas cortical y subcortical.
Es también efectivo en los trastornos vasculares, en la diabetes (en el metabolismo de la glucosa mejora la eficacia de la insulina, hormona deficiente en las personas diabéticas), y normaliza la tensión arterial.
Estimula la función de las glándulas sexuales, debido a su contenido en andrógenos (es decir, es un estimulante de la secreción de hormonas masculinas), no se recomienda su uso habitual a las mujeres embarazadas.