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Mejores y peores métodos de cocción

Mejores y peores métodos de cocción

Mejores y peores métodos de cocción

Cocinar a la brasa

Es un método muy recomendable, pero al igual que el anterior, hay que evitar que los alimentos se quemen.

Antes de poner los alimentos sobre el fuego se debe esperar a que las brasas no tengan llamas, ya que éstas los quemarían enseguida.

Mejores y peores métodos de cocción

Hervir

Los alimentos han de hervir en su punto justo para que conserven sus propiedades nutritivas. Se debe utilizar siempre el agua justa, ya que las vitaminas y minerales de los alimentos pasan a formar parte del agua de cocción, que se puede aprovechar.

Este método es muy adecuado para legumbres, pastas, verduras y huevos, y mejora la digestibilidad de los cereales. Es preferible mantener tapado el recipiente para recoger el vapor de condensación, rico en elementos nutritivos de carácter volátil.

Mejores y peores métodos de cocción

Cocinar al vapor

Si no desea obtenerse caldo, es mejor cocinar al vapor que hervir. El carácter bastante hermético de ollas y cacerolas para cocinar al vapor favorece la presencia de vitaminas, que suele depender más del tiempo de cocción y de la temperatura. Una cocción prolongada destruye casi por completo la vitamina C y reduce de forma notable el contenido en vitaminas del grupo B.

Estofar

Los estofados tienen la ventaja de que los alimentos absorben el caldo de cocción, pero hay que considerar que suelen incluir aceite y otros condimentos.

Mejores y peores métodos de cocción

Tipos de cocina s y hornos

  • De leña. Aunque muy saludables, resultan poco viables en la actualidad. La leña debe ser natural, por lo que deben evitarse los paneles de aglomerado, que llevan fibras sintéticas.
  • De gas. Hay que vigilar el estado de los quemadores para que no desprendan residuos tóxicos notables, sobre todo cuando se cocina al homo, pues los gases de la combustión se mezclan con los alimentos.
  • Eléctricas. Consumen más energía, pero no producen residuos de la combustión. Sin embargo, son más recomendables las que disponen de una simple resistencia que aquellas que provocan una circulación de aire caliente en su interior, ya que cargan excesivamente la atmósfera de la cocina de iones positivos.
  • Microondas. Resultan muy cómodos, aunque algunos expertos afirman que con este sistema no se puede garantizar el mantenimiento de la estructura interna de los alimentos.