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Los espárragos verdes y sus propiedades

Están indicados para disminuir la glicosuria de los diabéticos, para los casos de gota, de hi­dropesía de origen cardiaco, de cálculos renales, de reumatismo, los casos de sífilis, los eczemas, etcétera. Una observación más atenta de su composición química, nos permitirá tal vez com­prender mejor todas sus propiedades terapéu­ticas.

La presencia en ellos de fósforo y de vitami­nas del complejo B justifica que sean aconsejados en todos los casos de astenia.

El esparrago son muy buenos para los diabéticos

El manganeso y la vitamina A efectúan un drenaje del hígado

Y por tanto ejercen un efecto benéfico sobre los ligamentos, los riñones y la piel. Los nitratos que contienen depuran la sangre, de ahí su inte­rés en los casos de eczema y de sífilis.

Los espá­rragos contienen, además, la esparraguina, for­mada por numerosas sustancias proteicas; igualmente contienen azúcar, calcio, fósforo, sodio, magnesio, potasio y vestigios de arsénico, elementos todos ellos que componen los huesos, la sangre y los tejidos.

Para terminar, no olvi­demos las preciosas vitaminas que asimismo en­cierra el espárrago: A, Bi, B2, C y PP. Esta verdura es apreciada desde la Antigüedad. Dioscórides, Galeno y Celso ya la recomenda­ban como diurético y laxante.

Acordaos de cocer siempre los espárragos en muy poca agua, para que no pierdan las sales que contienen. Lo mejor sería comerlos crudos, rallados y mezclados con la ensalada.

Los esparragos se pueden cocinar de muchas formas

Los espárragos po­seen innumerables aplicaciones

Ensalada de espárragos y de huevos: coced los espárragos en agua, con unas gotas de li­món. Una vez escurridos, colocadlos en una fuente caliente y poned un huevo escalfado.

Huevos revueltos con puntas de espárragos: coced los espárragos y cortadles las puntas. Luego, en un recipiente al baño maría, poned huevos batidos con un poco de leche y añadid las puntas de espárragos, removiéndolo todo mientras se espesan los huevos.

Sopa de espárragos: saltead las puntas de es­párrago con una cebolla cortada a tiras, añadid sal y aceite, agua y salsa de tomate. Dejad que cueza unos 20 minutos; agregad pasta menuda y servid cuando esté cocida.

Espárragos con limón: coced los espárragos hasta que las puntas estén blandas; ponedlos a enfriar, escurridlos y servidlos con aceite y zumo de limón.

Para terminar, aquí tenéis la salsa de espárra­gos: derretid mantequilla en una cacerola, con un poco de sal y pimienta, incorporad harina y dejad que tome color a fuego lento. Añadid el caldo de la cocción de los espárragos y dejad que cueza cinco minutos. Mientras removéis la mezcla, retirad la cacerola del fuego y añadid una yema de huevo, batida en un poco de leche tibia. Poned nuevamente al fuego durante dos minutos; luego, dejad enfriar.

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