Mucha gente piensa que las vitaminas pueden remplazar los alimentos. No pueden. De hecho, las vitaminas no pueden ser asimiladas sin la ingestión de alimentos. Hay un montón de creencias erróneas acerca de las vitaminas, y esperamos que nuestro trabajo contribuya a disipar esas ideas equivocadas y aclare las ideas de nuestros queridos lectores.
- Las vitaminas no son píldoras milagrosas y no tienen poder calórico o energético válido por sí mismas.
- Las vitaminas no son sustitutos para las proteínas o para cualquier otro nutriente, como minerales, grasas, hidratos de carbono, agua.
- Las vitaminas no son componentes de las estructuras de nuestro organismo.
- No podemos tomar vitaminas, dejar de comer, y esperar estar sanos.
Cómo trabajan las vitaminas
Si nos imaginamos el cuerpo como un motor de automóvil y las vitaminas como las bujías que proporcionan la chispa al motor de combustión, tendremos una idea bastante aproximada de cómo estas asombrosas diminutas sustancias alimenticias trabajan para nosotros.
Las vitaminas regulan nuestro metabolismo a través de los sistemas enzimáticos. Una pequeña deficiencia puede dañar todo el cuerpo.
Las vitaminas forman parte de nuestros sistemas enzimáticos los cuales, actuando como las bujías del motor del automóvil, ponen en marcha y regularizan nuestro metabolismo, manteniendo el tono vital y el funcionamiento a pleno rendimiento.
Comparada con nuestra tasa de otros nutrientes como proteínas, grasas y carbohidratos, nuestra tasa de vitaminas (incluso en algunos regímenes con elevadas dosis) es minúscula. Pero una deficiencia en incluso una sola vitamina puede perjudicar el cuerpo entero.
¿Necesitamos suplementos vitamínicos?
Puesto que las vitaminas se encuentran en todo material orgánico, conteniendo algunos más de una vitamina y en mayores o menores cantidades, podéis decir que si coméis los alimentos adecuados en una dieta bien equilibrada, tendréis todas las vitaminas que necesitáis. Y probablemente tendréis razón. El problema está en que muy pocos de nosotros podemos llegar a realizar esta mítica dieta.
Según el doctor Quigley, «todo el que en el pasado ha comido azúcar industrial, harina blanca, o alimentos en conserva, tiene alguna enfermedad carencial, y la importancia del trastorno depende del porcentaje de cada deficiencia alimentaria en la dieta».
Muchos de los alimentos que comemos han sido tratados y desprovistos de nutrientes. Tomemos el pan y los cereales, por ejemplo. Prácticamente todos los que hallamos hoy en día en los supermercados son «altos» en todo menos en carbohidratos. «¡Pero están enriquecidos!» sabéis. Así lo dice la etiqueta: Enriquecido.
¿Enriquecido? El standard de enriquecimiento para la harina blanca es remplazar los veintidós nutrientes naturales que se han quitado con tres vitaminas B, vitamina D, calcio y sales de hierro.
Para el apoyo de la vida, esto parece un bonito pero endeble bastón.
Los nutrientes
Los hidratos de carbono, las proteínas, las grasas, los minerales, las vitaminas y el agua son todos nutrientes —componentes absorbibles de los alimentos— y todos son necesarios para conservar el organismo en buen estado de salud. Los nutrientes son necesarios para la energía, el funcionamiento de los órganos, la utilización de los alimentos y el crecimiento de las células.
La diferencia entre micronutrientes y macronutrientes.
Los micronutrientes, como las vitaminas y los minerales, no proporcionan energía. Los macronutrientes (hidratos de carbono, grasas y proteínas) sí la proporcionan, pero sólo cuando hay suficientes micronutrientes para ponerlos en acción.
La cantidad de micronutrientes y macronutrientes que necesitamos para nuestra salud es enormemente diferente pero siempre es importante. Con los nutrientes, menos es a menudo lo mismo que más.
Cómo actúan lo nutrientes.
El organismo transforma los nutrientes con vistas a su utilización. Básicamente los nutrientes actúan a través de la digestión.
La digestión es un proceso de continua transformación química de los materiales que entran en el cuerpo a través de la boca. Los materiales son divididos por la acción enzimática en más pequeños y más simples fragmentos químicos, los cuales pueden entonces ser absorbidos a través de las paredes del tracto digestivo y finalmente entrar en la corriente sanguínea.
El sistema digestivo
El conocimiento de cómo trabaja su sistema digestivo aclarará, desde un principio, algunas de las más comunes confusiones acerca de cómo, cuándo y dónde actúan los nutrientes.
Boca y esófago.
La digestión comienza en la boca con la masticación y ensalivación del alimento. Una enzima llamada ptialina en la saliva empieza en seguida por dividir los almidones en azúcares simples. Entonces el alimento es impelido hacia el fondo de la boca y dentro del esófago, o gaznate.
Aquí es donde comienza el peristaltismo, el cual consiste en una constricción y relajación de los músculos que empuja el material a través del sistema digestivo. Para prevenir el retorno de los materiales, y para acompasar la actuación de las enzimas adecuadas ya que cada enzima no puede hacer el trabajo de otras enzimas el tubo digestivo está equipado con válvulas e importantes uniones.
Estómago.
Es la comba más grande en el tubo digestivo. Está localizado más arriba de lo que corrientemente piensa usted, situado detrás de las costillas más bajas, no debajo del ombligo y no ocupa el vientre. Es una bolsa flexible rodeada de músculos inquietos, que constantemente cambia de forma. Virtualmente nada es absorbido a través de las paredes del estómago, excepto el alcohol.
Las sustancias acuosas, como las sopas, abandonan el estómago muy rápidamente. Las grasas permanecen mucho más tiempo. Una comida ordinaria de carbohidratos, proteínas y grasas es desalojada del estómago en tres a cinco horas.
Las glándulas y células especializadas del estómago producen mucus, enzimas, ácido clorhídrico, y un factor que facilita vitamina B12 para ser disuelta a través de las paredes intestinales I acia la circulación. Un estómago normal está relativamente en el lado ácido, y el jugo gástrico, la mezcla especial del estómago, está formado por varias sustancias:
- Pepsina: La enzima predominante del estómago, potente digeridora de proteínas. Es activa solamente en medio ácido.
- Renina: Sustancia catalizadora.
- Acido clorhídrico: Producido por las células del estómago. El estómago no es absolutamente indispensable para la digestión. Muchos de los procesos de digestión se realizan después de él.
- Intestino delgado. Virtualmente, toda la absorción de los nutrientes se realiza en el intestino delgado.
Unos siete metros de largo; aquí es donde se completa la digestión y se realiza la absorción de las materias nutritivas de los alimentos. Tiene un ambiente alcalino, efectuado por la altamente alcalina bilis, el jugo pancreático y las secreciones de las paredes intestinales. El ambiente alcalino es necesario para el más importante trabajo de digestión y absorción.
El duodeno, que empieza en la salida del estómago, es la primera parte del intestino delgado, y va unido al yeyuno (de unos tres metros de longitud), el cual a su vez va unido al íleon (de tres a cuatro metros de largo).
Cuando el semilíquido contenido en el intestino delgado se mueve a lo largo por la acción peristáltica, decimos a menudo que oímos «hablar» a nuestro estómago. Realmente nuestro estómago miente respecto a estos ruidos (llamados borborignos), pero aun sabiendo la verdad es dudoso que la frase cambie.
Intestino grueso.
Todo material que sale del íleon y entra en el ciego (donde se unen el intestino delgado y el grueso) es completamente acuoso. Una válvula muscular previene el retorno en esta unión.
Muy poca cosa es absorbida por el intestino grueso excepto agua.
El colon es primordialmente un órgano de almacenamiento y deshidratación. Sustancias que entran en él en estado líquido se vuelven semisólidas al ser absorbida el agua. Necesita de doce a quince horas para hacer el circuito.
El colon, es contraste con el estómago libre de gérmenes, está pródigamente poblado de bacterias, flora intestinal normal. Gran parte de las heces está compuesta de bacterias, con material indigestible, especialmente celulosa, y sustancias eliminadas de la sangre y derramadas por las paredes intestinales.
Hígado.
El hígado es el más grande órgano sólido del cuerpo y pesa alrededor de 1,7 kg. Es comparable a una factoría química. Puede modificar casi toda estructura química. Es un poderoso órgano eliminador de toxinas. Es también un depósito de sangre y un órgano almacén para vitaminas tales como la A y la D y para carbohidratos digeridos (glucógeno), el cual es puesto en acción para sostener el nivel de azúcar en la sangre. El hígado manufactura enzimas, colesterol, proteínas, vitamina A (del caroteno), y factores de coagulación de la sangre.
Una de las primeras funciones del hígado es producir bilis. La bilis contiene sales que promueven la eficiente digestión de las grasas mediante una acción detergente, emulsionando materiales grasos.
Vesícula biliar.
Es una pequeña bolsa que encierra la bilis, la modifica químicamente y la concentra. La acción de comer y a veces la simple vista de la comida puede ser suficiente para llenarla.
Páncreas.
Es una glándula anidada en la curva del duodeno. Sus células secretan insulina, la cual acelera la combustión del azúcar en el organismo. La insulina es secretada en la sangre, no en el tubo digestivo. La mayor parte del páncreas produce y segrega jugo pancreático, el cual contiene algunas de las más importantes enzimas digestivas del organismo lipasas, las cuales dividen las grasas; proteasas, las cuales dividen las proteínas; y amilasas, las cuales dividen los almidones.
Nombremos estas vitaminas
Como en un tiempo nadie conocía la estructura química de las vitaminas y por tanto no podía darles un nombre científico adecuado, muchas son designadas por letras del alfabeto. Las vitaminas siguientes son las que hasta este momento conocemos; muchas otras están todavía por descubrir.
- A (retinol, caroteno)
- B grupo complejo: Bi (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacinamida), B5 (piridoxina), B10, Bn (factores del crecimiento), B12 (cobalamina, cianocobalamina), B13 (ácido orótico), Bi5 (ácido pangámico)
- C (ácido ascórbico)
- D (calciferol, viosterol, ergosterol)
- E (tocoferol)
- F (ácidos grasos)
- G (riboflavina)
- H (biotina)
- K (menadiona)
- L (necesaria para la lactancia)
- M (ácido fólico)
- P (bioflavonoides)
- T (sustancias promovedoras del crecimiento)
- U (extraída del jugo de col).
Nombremos estos minerales
Los seis minerales principales son: calcio, yodo, hierro, magnesio, fósforo y cinc. Además, unos dieciocho minerales conocidos son necesarios para el mantenimiento y regular funcionamiento del organismo humano. Los minerales activos en nuestro cuerpo son: calcio, cloro, cromo, cobalto, cobre, flúor, yodo, hierro, magnesio, manganeso, molibdeno, fósforo, potasio, selenio, sodio, azufre, vanadio y cinc.
Nuestro cuerpo necesita vitaminas y minerales
Con ser tan importantes las vitaminas, nada pueden hacer por nosotros sin minerales. Los minerales son en cierto modo la Cenicienta del mundo de la nutrición, porque muy poca gente se preocupa por ellos, cuando en realidad las vitaminas no pueden actuar, no pueden ser asimiladas, sin la ayuda de los minerales. Y aunque el organismo puede sintetizar algunas vitaminas, no puede en cambio producir un solo mineral.
