Thomas Malthus, a finales del siglo XVM propugnó; que llegaría un momento en que seríamos incapaces de producir los alimentos suficientes; para alimentar a todos los habitantes del planeta, pues decía que la población mundial crece en proporción geométrica mientras que la de los alimentos es aritmética.
La verdad es que Malthus no podía imaginar la expansión industrial que se ha alcanzado en nuestra época; y todos sabemos que, ciertamente, hay alimentos suficientes para todos gracias a la industrialización; otra cosa es la distribución; a veces más costosa que el propio producto, y otra muy distinta que las potencias estén dispuestas, sin contraprestación alguna, a regalar los sobrantes de su producción.
La cantidad de alimentos que se tiran, los excedentes de producción, bastarían, seguramente; para alimentar a los pueblos hambrientos, pero las leyes internacionales de comercio, la actitud de las naciones y; al decir de algunas instituciones benéficas de ámbito internacional, oscuros intereses lo impiden.
Industria de Alimentos
Otra cuestión importante es saber si la industria, es decir, los alimentos elaborados, tienen las propiedades adecuadas para el mantenimiento de la salud. Y es que los alimentos consumidos por el hombre son sometidos cada vez con mayor frecuencia a manipulaciones capaces de modificar sus propiedades nutritivas.
Uno de los ejemplos más representativos a este respecto es el que se refiere al refinamiento de la harina y el azúcar.
La eliminación del germen del grano, aparentemente inofensiva para la elaboración de la harina y del pan, adquirió un significado nuevo al descubrirse que el germen y las capas superficiales del grano contenían importantes sustancias vitales para la salud.
El germen del trigo contiene gran cantidad de vitaminas (B, B2, B6, E) y minerales (hierro, zinc, etc.). Esto significa que una persona que consuma casi exclusivamente una dieta de harina blanca refinada puede estar en peligro de padecer una deficiencia nutritiva.
El azúcar industrial refinado es un producto químico carente de los elementos indispensables para su utilización; al contrario que los azúcares simples de las frutas (fructuosa), que van acompañados de fermentos; minerales, vitaminas y oligoelementos necesarios para su asimilación. El resultado de consumir azúcar industrial refinado es que el organismo se ve forzado a suministrar esos elementos para que la asimilación de los azúcares sea posible.
Dado que el cuerpo necesita una serie de fermentos específicos para descomponer el azúcar, principalmente vitaminas del complejo B, puede decirse que el consumo de azúcar industrial implica una pérdida de vitamina B para el organismo (el azúcar es un ladrón de vitaminas).
Azúcar, ¿Un Negocio?
Mucha gente piensa que el azúcar moreno es bastante más sano; sin embargo, el Instituí National d ’Hygiéne de París realizó una investigación y descubrió; que el contenido vitamínico del azúcar moreno (vitamina B, niacina, ácido pantoténico) era casi imperceptible. Sólo se encontraron cantidades pequeñas de minerales (sodio, potasio, calcio, cobalto, manganeso, fósforo, magnesio); siempre en cantidades tan reducidas que en ningún caso podían cubrir las necesidades minerales del organismo.
El azúcar industrial causa otros efectos negativos e indirectos sobre la salud; ya que tiene la capacidad de alterar la digestión y la tolerancia de otros alimentos. De este modo, los efectos del «azucarismo» son lo suficientemente serios; como para que nos preocupemos de suprimir tal veneno; sobre todo en los niños, atraídos por el carácter organoléptico de este producto.
La idea generalizada de que la dieta de nuestros abuelos era mejor que la nuestra no es nueva. Nuestra sociedad occidental es una civilización tecnológica. Esta tecnología comienza con el uso de fertilizantes, pesticidas, productos veterinarios, hormonas, y continúa con las ordeñadoras automáticas, cosechadoras, etc.
A partir de ahí la tecnología continúa estando presente en el procesado de los alimentos; desde el secado tradicional a las modernas técnicas de envasado y utilización de aditivos, conservantes y colorantes. No vamos a analizar los pormenores de las diferentes sustancias utilizadas a tal fin.
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